¿QUIÉN TIENE LA CULPA?
Habría que analizar las circunstancias por las cuales Colombia es hoy un país política y socialmente hablando inestable; el asesinato de Jorge Eliécer Gaitán, el surgimiento de las denominadas guerrillas rurales de los sesenta o el nacimiento del Frente Nacional como una absurda repartición del poder entre liberales y conservadores, son algunos de los muchos conceptos históricos que conciernen al país y por los cuales puede decirse que provocaron la desestabilización social hoy latente en pleno siglo XXI sin dejar atrás la época de La Violencia.
La era de la Colonia, la Conquista y la Reconquista al mando de Pablo Morillo, provocaron el actual pensamiento sanguíneo de los colombianos; una historia como la nuestra, marcada de violencia desde hace 200 años, significa que tengamos que cargar en nuestras espaldas la sangre porque parece que el pasado tormentoso de las masacres y las violaciones en contra de los indígenas y afrodescendientes la viviéramos como el ayer.
Es cierto: canales televisivos parecen imitadores del terror al informar sobre violencia, atentados terroristas, polarización política e inconformismo colectivo convertido en agresivas protestas implorantes del cambio social. Si seguimos creyendo en discursos de posesión presidencial como el de Pastrana en 1998 al expresar que "el cambio comenzaba desde ya", seguiremos siendo el mismo pueblo convencido de los políticos leguleyos, esquizofrénicos por el poder, que convencen a las masas a través del lenguaje cantinflesco y configuran su supuesto bien decir en antinacionalista cuando son autócratas y dictadores en el trono de Palacio de Nariño.
Gaitán marcó para las multitudes del país el hombre del cambio; para la política y el liberalismo nacional, el hombre de la historia del siglo XX. La oratoria lo llevó a ser un gran jurisprudente y congresista al investigar, de manera magistral, junto con el representante a la cámara Gabriel Turbay, la horrífica Masacre de las Bananeras de 1928. Jamás se imaginó que un hombre tan influyente en la cosa pública llegara a ser candidato presidencial. El candidato presidencial que en los cuarenta las masas imploraban como el próximo Presidente, el Presidente del cambio y de la consecución del Proyecto Nacional que ordenara a Colombia de manera justa y democrática.
Iniciador de la Marcha del Silencio como protesta a la persecución política del conservadurismo al mando de Ospina Pérez al liberalismo la vivimos hoy día cuando madres y familias claman a gritos la liberación de sus seres queridos en poder de los grupos armados al margen de la ley o cuando las madres de jóvenes víctimas de falsos positivos lloran al pedir respeto y no impunidad.
Gaitán, un luchador incansable por los ideales, es asesinado el 9 de abril de 1948 denominándose el acontecimiento como El Bogotazo.
La capital del país está semidestruida. Bogotazo
¡Mataron a Gaitán!
…9 de abril. El reloj de la Iglesia de San Francisco marcaba la 1:05 de la tarde cuando Juan Roa Sierra, un hombre de 26 años que al mirarse en un espejo veía la imagen del General Santander, se paró junto a la entrada del edificio Agustín Nieto Caballero (carrera séptima entre calles 14 y 15) alistó un viejo revólver y disparó cuatro veces…
Así mataron a Gaitán, y la reacción del pueblo no se hizo esperar cuando el asesino, Juan Roa Sierra, en el momento fue arrastrado por la multitud enfurecida. Cita El Tiempo que durante las siguientes horas murieron violentamente unas tres mil personas.
Luego del asesinato de Gaitán, se desprende la violencia liberal conservadora y el llamado del Presidente Ospina al reavivamiento de la Unidad Nacional. Lo que no se esperaba era la aparición de las guerrillas y el fenómeno de la guerra rural y la ideología marxista dentro de los grupos armados. Colombia, se convierte en escenario de conflicto este-oeste y se produce lo que se ha denominado como guerrillas revolucionarias.
El crecimiento de éstas en la selva, y campos montañosos en Los Andes, dio origen al Ejército de Liberación Nacional (ELN) y a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), asentado actualmente como grupo político por aquello de los Acuerdos de Paz alcanzados en La Habana (Cuba) pero, ambas, conocidas por el daño inminente que le han causado al país desde atentados terroristas hasta la toma de bases militares. Quedará en la memoria de los colombianos la tenebrosa Toma a Mitú por parte de las FARC y que desgajan lágrimas al ver la crueldad, la tiranía y el dolor que causaban las ametralladoras, las balas y la inocencia de los niños. Incluso, cabe resaltar la aparición del Movimiento 19 de Abril (M-19) y el Ejército Popular de Liberación (EPL).
En 1999, un año después de la toma, El Tiempo resaltó:
Fin de siglo: Colombia sigue en guerra.
El país termina el siglo de la misma manera como empezó en 1900: en guerra. Además, atraviesa la peor crisis económica de su historia.
Pero pasemos a otro plano: El Frente Nacional.
Debido a la oleada de violencia por la cual se sumergía Colombia, y la dictadura de Rojas Pinilla, se propuso la idea de crear la solución bipartidista o Frente Nacional. Significó la caótica repartición de ideologías políticas entre el partido liberal y el conservador. Cada 4 años se rotaban la presidencia liberales y conservadores con el fin de fortificar el tradicionalismo de los partidos y las clases dirigentes.
Pero las reacciones no se hicieron esperar y surgieron movimientos políticos, sociales y armados que estaban en desacuerdo por la brillante idea de repartir el poder entre las colectividades y la distorsión que esto causaba en la política y en el pueblo.
Ahora, y después de los sucintos comentarios, preguntémonos quién tiene la culpa de nuestra situación actual que pareciera no tener fin. ¿El gaitanismo? ¿Las guerrillas? ¿El Frente Nacional? ¿Políticos tradicionales? ¿La misma ciudadanía? Etc.
Y resulta que todas tienen la culpa excepto una: El gaitanismo. Porque el gaitanismo lo que buscaba era, mediante su candidato presidencial, un cambio que resurgiera la democracia y la pluralidad a través del Proyecto Nacional que reordenara el país en materia de políticas sociales y modelos económicos estables dentro del Estado.
Si hubiese sido Presidente, es indagarnos si hubiese podido cumplir las promesas que entablaba en sus discursos directos. Para muchos, la salida, la salvación era Gaitán. Con Gaitán, el liberalismo y el Ordenamiento Nacional surgirían de manera envidiable causando entre los gobiernos democráticos latinoamericanos prototipos ideológicos similares a los de Jorge Eliécer Gaitán. Pero en sí, la población colombiana y las deplorables circunstancias por las cuales ha vivido, causan polarizaciones e inconformismos que aún no curan en nuestro pensamiento.
La culpa es de la guerrilla o de los grupos paramilitares por generar terror dentro de una población civil atemorizada e incrédula de los políticos y de los mismos colombianos; la culpa es de los políticos terranientes que no les conviene que la guerra culmine en un país de riquezas porque definen el conflicto armado como un negocio entre particulares y latifundistas; la culpa es de la violencia generada a partir del caos de "El Bogotazo" y las rencillas entre liberales y conservadores; la culpa es del entorno bélico por el que este país ha pasado por más de sesenta años; y desafortunadamente, de la ciudadanía conformista, arrepentida del voto, desilusionada de los políticos y las leyes creadas en un país casi convertido en anticonstitucional.
El pensamiento del país cambiará cuando llegue un verdadero líder social capaz de implementar un modelo reformatorio nacional donde reordene los estamentos del Estado Social de Derecho instaurado en la Carta Política del 91 e insista en la culturización de las personas a través del cambio social y de la misma cultura ciudadana.
Coletilla. Apreciados lectores, saquen ustedes sus propias conclusiones.
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