ELEMENTOS PARA LA TEORÍA DE LA IDEOLOGÍA DESDE LA VISIÓN DE RAFAEL ECHEVERRÍA Y FERNANDO CASTILLO

Rafael Echeverría y Fernando Castillo dentro del primer capítulo del libro Ideología & Medios de Comunicación, -Elementos para la Teoría de la Ideología-, realizan una retrospectiva de lo que ha sido, dentro de la historia, el concepto de ideología combinado con las clases sociales, las fuerzas de producción, y sobre todo, el hombre como espectro esencial en la vida humana. Dentro de la introducción plasmada, -que acompaña el capítulo-, en el punto (a) del mismo Antecedentes Básicos de la Teoría de la Ideología cita, por una parte, la descomposición de la filosofía pre crítica para, así, a partir de otra vertiente, presentar lo que ha sido el surgimiento de la Teoría de la Ideología

Los autores, bajo dos fuentes, explican el desarrollo de la doctrina.

Una, es la participación de pensadores como Bacon, Hume y principalmente Maquiavelo quién efectuó un aporte crítico decisivo al relacionar las variaciones en el pensamiento de los hombres con las correspondientes variaciones de sus intereses; en tanto, Bacon -mencionan Echeverría y Castillo-, no parece conectarse directamente con la Teoría de la Ideología aunque, de ambos pensadores, proviene una crítica a los contenidos de conciencia en el sentido de que, en ellos existe cierta deformación del objeto, a causa de los intereses del sujeto.

Así, un segundo panorama, como progreso de la hipótesis, se refleja en la Filosofía de la Conciencia cuyos hitos principales son Descartes, Kant y HegelDicha Filosofía de la Conciencia, se hace celebre porque introduce una separación inicial entre sujeto y objeto, que nunca logra ser bien separada, a pesar de todos sus esfuerzos y permanece en el dualismo, es decir, bajo dos principios que destaca a la conciencia. Desde la visión del pensamiento hegeliano, el sujeto se inserta en un proceso histórico que tiende hacia el saber absoluto.

Desde la historia, la base social de los contenidos de conciencia son las clases sociales en la medida en que, la lucha que se desarrolla entre ellas, es la trama de la historia de las sociedades. Formula el concepto de “sujeto colectivo” quién va más allá señalando que, tales intereses, no son los de los individuos en particular, sino los intereses de clase, con lo cual cambia el concepto de intereses. 

La situación específica de ese sujeto es, entonces, la situación en la lucha de clase; la “clase social” viene a ser el determinante inmediato de los contenidos de conciencia. La Teoría de la Ideología -resaltan los autores-, manifiesta una concepción la cual, el dualismo de la “filosofía de la conciencia”, es superado por una posición monista (universal) y dialéctica (desde el razonamiento). 

La base de la teoría es que, conciencia y existencia estén unidas indisolublemente.

En el punto (b) de la introducción -Existencia & Conciencia-, anotan que la conciencia no es autónoma de las formas de existencia que mantienen a los hombres ni está sujeta al libre juego de sus voluntades. Desde la expresión de Marx y Engels sobre conciencia (citado en la Ideología Alemana), dicen que “...la conciencia no puede ser más que la existencia consciente, y la existencia de los hombres en su proceso efectivo de vida...”; y destacan “...son los hombres los que, al desarrollar su producción material y sus relaciones materiales, modifican, junto con su existencia real, su pensamiento y los productos de su pensamiento. No es la conciencia la que determina la vida, sino la vida la que determina la conciencia...”. 

Desde el punto de vista marxista, “...el modo de producción de la vida material determina el carácter general de los procesos de la vida social, política y espiritual. No es la conciencia del hombre lo que determina su ser, sino al contrario: su ser social determina su conciencia...”.

Otra teoría como la de base y superestructura, fija las relaciones generales entre conciencia y existencia en la concepción materialista. 

El hombre, punto de partida en la evolución de la vida para existir y hacer historia, debe producir los medios indispensables que satisfagan sus necesidades básicas. Es decir, el hombre debe producir su vida material misma, su existencia. Para ello, necesita instrumentos lo que implica nuevas necesidades. Además, se enfrenta, también, a los requerimientos que le fija el proceso de reproducción de la especie. 

Otro ítem como la base material -el cual sustentan los autores-, consiste, por lo tanto, en un conjunto de fuerzas productivas con las que se realiza la existencia. Los elementos básicos que constituyen el conjunto de fuerzas productivas de una sociedad son de dos tipos:

1.) El elemento tecnológico, es decir, los instrumentos de trabajo mediante los cuales el hombre se enfrenta a la naturaleza para transformarla en productos.

2.) La división del trabajo en el seno de la sociedad y las formas de cooperación en el proceso productivo.

En tanto, el concepto “fuerzas productivas”, designa una realidad unificada. La tecnología, es decir, los instrumentos con los que se realiza el proceso de trabajo, es una función del modo como se divide el trabajo en la sociedad. También, expone el aparte, que la división del trabajo y la cooperación dependen del nivel tecnológico alcanzado por la sociedad. 

Ambos aspectos de las fuerzas productivas determinan que el trabajo humano tenga una productividad dada. Las fuerzas productivas enmarcan, especifican y dan contenido directamente a las relaciones sociales de producción que se establecen entre los miembros de una sociedad y que, por ello, se encuentra en la base de la división de la misma en clases sociales.

El punto dos del documento La Contradicción: Fundamento para la Teoría de la Ideología, apunta a la circunscripción de la misma la cual, precisa los límites que las condiciones económicas y sociales -la base material- establecen en la conciencia de los hombres que forman parte de ella. Le interesa, por tanto, especificar las condiciones de estos límites; los rasgos mediante los cuales se expresan; el proceso que se realiza como consecuencia de ellos; y las diferencias que señalan las distintas etapas históricas. 

Adentra el concepto Ideología permitiendo ser definido como un soporte necesario para el desarrollo de toda actividad social dada una realidad contradictoria. Mediante la Ideología, los hombres logran insertarse en la estructura social y llevar a cabo, de manera soportable, las tareas que se les imponen. Según Marx: “...la humanidad se propone siempre únicamente los objetivos que puede alcanzar, pues, bien miradas las cosas, estos objetivos solo aparecen cuando ya existen o, por lo menos, se están gestando las condiciones materiales de su realización...”. 

Mediante la Ideología, -narran Echeverría y Castillo-, se tiene la ilusión de comprender aquello que, efectivamente, no se comprende; se cree estar explicando aquello que no se está en condiciones de explicar. En cuanto a las sociedades primitivas, la conciencia es conciencia de la naturaleza; Marx y Engels puntualizan en que “...se enfrenta al hombre como un poder absolutamente extraño, omnipotente e inexpugnable, ante el que los hombres se comportan de un modo puramente animal y que los amedrenta como al ganado; es, por tanto, una conciencia puramente animal de la naturaleza (religión natural)...”.  

En Ideología & Clases Sociales, se fija el prototipo de ideología dominante en toda sociedad, estructurándose sobre la premisa de la preservación del orden vigente y los intereses de las clases dominantes. Toda sociedad de clases se organiza en torno a los intereses de la clase dominante. De igual modo, la clase que controla los medios de producción material controla, al mismo tiempo, los medios de producción mental; por consiguiente, las ideas de los que no disponen de los medios de producción mental están, por lo general, sometidas a las de la clase dominante. 

El proletariado, como fundamento principal, dentro de éste acápite, se constituye como la primera y única clase en condiciones de resolver, en la práctica, las contradicciones de clase; con la aparición de esta clase social, en el modo de producción capitalista se inaugura una nueva situación con respecto al proyecto hegemónico o sea, de dominio que los intereses proletarios imponen.

Aparece dentro del dato Elementos para la Teoría de la Ideología, el numeral cuarto titulado La Ideología como Inversión de la Realidad, donde muestra en su punto (a) La Naturaleza de la Inversión, los pensamientos de Marx y Engels sobre la citada representación. Para estos autores, la inversión ideológica es la inversión en la conciencia de la realidad de los hombres y sus relaciones. Esto indica, desde ya, en qué dirección se encuentra lo medular de la inversión ideológica. La inversión consiste -retratan Echeverría y Castillo- en la transformación del sujeto en objeto y de los objetos en sujetos. El hombre, como protagonista en la historia, aparece dentro de la ideología como un ser pasivo cuyo destino, en la historia, está guiado por poderes superiores. 

Una cuestión (b) como La Inversión Ideológica en la Sociedad Capitalista: Papel de la Mercancía, expresa que ellas, -las mercancías-, son fundamentalmente la existencia de productores privados independientes que elaboran determinados productos, y la existencia de una forma general de intercambio; esta es, la forma dinero. 

Para Marx, dentro de El Capital, expone su tesis sobre el Fetichismo de la Mercancía. La mercancía, según el autor, “...proyecta ante los hombres el carácter social del trabajo de estos como si fuese un carácter material de los propios productos de su trabajo, un don natural social de estos objetos...”.

La relación capitalista - obrero es función a tratar dentro de este recuento. 

El capitalista llega a ser capitalista -exponen los autores-, cuando el trabajador vende su fuerza de trabajo convirtiéndose en asalariado y queda en el proceso de producción bajo el mando del capital. La dominación del capitalista sobre el obrero es, pues, la dominación del objeto sobre el hombre; la del trabajo muerto sobre el trabajo vivo; la del producto sobre el productor; dado que las mercancías que se convierten en medios, para dominar al obrero, no son sino los productos y resultados del proceso de producción.   

En síntesis, la finalización de ésta sección, tiene como dogma a la ideología. 

Resaltan los creadores que la ideología no solo está presente en las concepciones de los hombres, -acerca de la realidad social-, y aún en su visión del mundo en general sino que, también se encuentra en sus costumbres, gustos y actitudes. Es decir, la ideología se presenta en las formas de la reflexión pero, penetra también, en un nivel prerreflexivo.

Expresan que toda la vida del hombre es vida social, y en la sociedad capitalista toda la vida social está penetrada e impregnada por la estructura de la mercancía.

Coletilla. "...Toda la historia de la sociedad humana, hasta la actualidad, es una historia de lucha de clases...". (K. Marx).

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