EL DISPOSITIVO DE PODER COMO MEDIO DE COMUNICACIÓN DESDE LA VISIÓN DE FOUCAULT Y LUHMANN
Raúl Zamorano Frías y Rosario Rogel-Salazar el primero, perteneciente al Centro de Estudios Teóricos y Multidisciplinarios en Ciencias Sociales - Universidad Nacional Autónoma de México; y la segunda, integrante de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales - Universidad Autónoma del Estado de México, traen a colación, desde el artículo El Dispositivo de Poder Como Medio de Comunicación: Foucault – Luhmann, postulados sobre posibles presentaciones analíticas en cuanto al concepto de Poder (o dispositivo) desde las visiones de Michael Foucault (filósofo francés) y Niklas Luhmann (sociólogo alemán).
Desde el aparte introductorio, se fijan posturas correspondientes a la forma en que opera el dispositivo / diferencia que, históricamente, genera relaciones de poder; se explora cómo opera, en su manifestación discursiva, en su diferenciación (como medio de comunicación) o en la construcción de sentido como régimen discursivo preguntando. En tanto, se interpela, pues, ¿qué es lo que opera? ¿Qué comunica el poder?
Se fija a la palabra / tiempo como reflexión acerca de los sistemas de percepción, observación y entendimiento de lo que denominamos realidad. Igualmente, se retratan las construcciones tradicionales de orden social y las viejas estabilidades naturales ligadas al pasado que dejaron de ser pertinentes para explicar y observar la modernidad de la sociedad, y del actual orden social.
Pese a las transformaciones y cambios en la forma de producir lo social, puntualizan Zamorano y Rogel-Salazar que todavía se sigue pensando -y fundamentando- a las relaciones sociales, políticas o de poder desde la figura de la subordinación (dependencia), de la sujeción de lo particular a lo general. De hecho, se cita la crítica a la sociedad moderna la cual ha dejado intacta la pregunta acerca de ¿cómo se produce y cómo opera la tensión entre consenso y conflicto en las estructuras y semánticas del poder contemporáneo?
Otros aspectos, plasman posturas que observan las relaciones de poder proyectadas en el tiempo, como un mecanismo capaz de controlar el futuro aun cuando ese poder no reconozca, siquiera, la arquitectura analítica de su historia; dicen los autores que, uno de los problemas que cruza toda la producción de lo moderno, es el de las nuevas estructuraciones y circuitos del problema del poder; así como la disolución de las grandes concentraciones de poder que suponía la teoría clásica y en donde, por tanto, era fácil la elaboración del discurso sobre el poder.
Desde los planos institucionales, la institución poder es, precisamente, una institución generada por la modernidad ilustrada y articulada, originalmente al amparo de conceptos como Estado; Historia; Finalidad; Revolución; Reforma; Clase; Libertad; Sujeto; Obediencia. Refieren, por tanto, cuatro grandes rasgos de contextualización: 1.) El vínculo social del poder que se articula con fundamento en ‘la razón’; 2.) La ‘localización’ del poder en instancias superiores que lo regulan; 3.) La potencialidad del poder en tanto instancia crítica y, por último, el potencial regulador del poder que libera el conflicto.
Desde Michael Foucault, el poder más que poseerse, se ejerce; ofrece una descripción, una construcción científica de cómo opera el poder. Su interés es, más bien, estudiar su arqueología y consecuente genealogía. Pretende estudiar ese mecanismo que nos atraviesa, modela nuestros cuerpos y comportamientos, se mete en nuestra vida cotidiana.
Desde otra perspectiva, la Teoría General de los Sistemas Sociales de Niklas Luhmann, agrega elementos que enriquecen el debate sobre la problematización y el estudio del orden, la estructura social y su relación con la semántica del poder. El poder ha de ser entendido como una comunicación dirigida por un código. Como consecuencia de esto, la función del poder no queda adecuadamente descrita si se piensa que consiste simplemente en movilizar al subordinado a aceptar las órdenes de un superior.
Los autores (Zamorano y Rogel), basan su estudio en tres acápites alusivos a la Arqueología del Saber a la Genealogía del Poder desde Foucault, La Sociología de Luhmann o Teoría General de los Sistemas Sociales y los Vínculos Analíticos Entre Michael Foucault y Niklas Luhmann, realizando un paralelo entre los fundamentos de los mismos sobre poder.
Desde el parágrafo Primero (1º) Foucault: De la Arqueología del Saber a la Genealogía del Poder, tiene como eje central la relación saber-poder; ‘cómo se produce y de qué manera se ejerce’; en tanto, Foucault, entiende que las cuestiones relativas al Estado, las Leyes, o las Formas de Dominación, son sólo expresiones terminales del poder cuya función ideal será ligar el Placer, la Coerción y la Verdad, y no exclusivamente Vigilar y Castigar.
El numeral Dos (2) La Sociología de Luhmann y el Código de Poder, plasma la preocupación de Niklas Luhmann en observar y describir cómo opera y qué hace al sistema; cuáles son las operaciones que lo distinguen y constituyen; y, también, cómo estas operaciones permanecen o cambian pero, sin buscar soluciones, o predicciones apriorísticas en lo inmediato orientadas a controlar y/o intervenir las prácticas sociales. Por ende, cita el texto, que la tesis fundamental de Luhmann es que el poder requiere formalizarse en diferentes formas rígidas (frente al poder laxo), para que adquiera contornos más específicos. Esta rigidización del poder posibilitará la conformación del sistema político, cuyo medio específico es el poder (pero no todo poder es político).
La proposición Tercera (3ª.) Vínculos Analíticos Foucault - Luhmann, inserta los pensamientos de estos en cuanto a poder o dispositivo de poder como medio comunicacional. En tanto, Foucault hablaba de estructuras o de mecanismos de poder que suponían relaciones entre individuos (o entre grupos), no en un juego de suma cero, sino, simplemente, en un entramado de acciones que inducen a otras acciones y que se concatenan entre sí. Luhmann, formulaba que una simple referencia, a la posesión del poder, donde el poder se transfiere de una persona a otra y de una situación a otra, oculta totalmente las condiciones sistémicas de dicha modalidad / operación de poder.
En consecuencia, “...la producción, la diferenciación, la generalización y la especificación funcional de los medios de comunicación sirven para aumentar la discrepancia entre lo posible y lo actual, y esto no sólo en el sentido de aumentar la selectividad en los procesos, sino también en la creación estructural de expectativas exageradas y de exigencias sobre las capacidades de los sistemas de comunicación correspondientes...”. (Luhmann, 1995); sobre todo cuando el problema no es que un sujeto / persona haga historia, el problema es que otros también hacen historia.
Coletilla. "...La conquista del poder cultural es previa a la del poder político y esto se logra mediante la acción concertada de los intelectuales llamados orgánicos infiltrados en todos los medios de comunicación, expresión y universitarios...". (A. Gramsci).
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