UNA CARTA SIN RESPUESTA
Mi desconcierto por la decisión del actual Senador de la República por el partido de izquierda Polo Democrático Alternativo (PDA) Jorge Enrique Robledo al declinar a su aspiración presidencial para el cuatrienio constitucional 2018-2022, hizo me manifestara mediante una misiva -jamás contestada, valga la aclaración-, dirigida al actual Concejal de Bogotá y Presidente de la colectividad polista Álvaro José Argote Muñoz, en referencia al desacierto político del Polo no sólo en apoyar una ideología política opuesta (como la que representa Fajardo) sino, a su vez, permitir la renuncia injustificada del hoy Senador a su candidatura; a continuación, se presenta el contenido de dicha epístola remitida vía correo electrónico institucional del partido con fecha Diciembre 26 de 2017 (en cursivas):
Señor Presidente,
Como ciudadano colombiano en ejercicio, manifestar que no es delito dirigirme a un partido político, ni mucho menos expresar mi opinión luego me salvaguarda la Constitución del 91; pero quiero plasmar un dictamen con respecto al asunto en mención.
Primero, expresar que, por tratarse de una coalición, es equivoca la decisión de elegir a Sergio Fajardo como candidato único bajo la consigna de que “está punteando en las encuestas”, mentirosas, por cierto, porque la única encuesta valedera Señor Presidente es el voto como mecanismo de participación ciudadana. (Art. 258, C.N.).
Y que de igual manera, por ser una coalición, deben por obligación seguir siendo los candidatos presidenciales de las colectividades políticas correspondientes, porque una coalición es un trabajo en conjunto cual sea el candidato; lo anterior en referencia a Jorge Robledo quien ha cometido un despropósito en declinar a su candidatura, hecho éste cohonestado por el propio partido. Decepcionante.
Y lo anterior, demuestra la frase, siempre definitoria, de la política misma y los políticos nacionales: …“los políticos son como los cines de barrio: primero te hacen entrar y después te cambian el programa…”. (Jadiel Poncela, E.).
No es digno de un partido político, si es que se considera partido, hacer que sus dirigentes desfallezcan en el intento, y de contera, apoyar decisiones tan inverosímiles como la de renunciar a una posibilidad que le abría a Colombia la puerta del cambio con Robledo desde la jefatura del Estado.
Es inaudito, desde todo punto de vista, que se le entregue la ideología a un personaje totalmente opuesto a las proposiciones del hoy senador Robledo quién, entre otras cosas, fue serio contradictor de quien alguna vez llamara irresponsable al Dr. Antanas Mockus en la llamada “Ola Verde” para las presidenciales del 2010. Inentendible; y de ahí el por qué se visualiza como un mero juego de póquer la política, deleznable en pleno siglo XXI.
Acaban ustedes, cohonestando la decisión de Robledo Castillo, de entregarle el país a los mismos con las mismas, a un personaje osado cuando pulula que “no es uribista pero tampoco antiuribista”, a un verdadero centroderechista, corte Enrique Peñalosa, y no entiendo la decisión proclive de elegirlo como candidato único: que no nos metan la historieta de que es por elementales encuestas no más. Pero se prueba que olivos y aceitunos todos son unos. (Vergara y Vergara, J.M.).
Por decisiones de esta magnitud es que al Polo Democrático Alternativo (PDA) no lo han vislumbrado como un partido serio e independiente, hasta en las garras de la corrupción cayó culpa de la nefasta administración del Distrito a cargo de Samuel Moreno; se desquebrajó totalmente el concepto de la izquierda democrática; divisiones al interior del mismo cuando abandonaron las filas Gustavo Petro y Clara López y, para rematar la triste historia, nos presentan un apoyo irrestricto a Fajardo y como cabeza de lista al senado a Robledo seguido de Iván Cepeda.
Señores: caigan en la cuenta que acaban de dejarle la vía libre al más grande enemigo político que ha parido esta patria después de Laureano Gómez: Álvaro Uribe. Y después no nos estemos lamentando cuando nos ponen a uno de la cuerda de los mismos con las mismas luego se tenía un candidato de templanza para competirle al que fuese pero fue más el descomedimiento de Robledo, en contubernio con el Polo, para truncar, de tajo, los sueños para hacer de Colombia una nación mejor y en paz.
¿Dónde quedó el lema Le Toca A Colombia? ¿Dónde quedó la réplica de Robledo a Holguín Sardí cuando le exclamó con vehemencia: el día que el Polo Democrático Alternativo sea gobierno en Colombia (…) Y vamos a ser gobierno? Parecen, los anteriores interrogantes, en el olvido.
No vaya a ser que también la estigmatizada izquierda democrática termine siendo aliada de los mismos con las mismas.
Coletilla. Apreciados lectores, saquen ustedes sus propias conclusiones.
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