FARC-POLÍTICOS

El Plebiscito por la Paz de 2016 instaurado como mecanismo de refrendación ciudadana en aprobación o desaprobación de los Acuerdos de Paz alcanzados en La Habana (Cuba) con la guerrilla de las FARC-EP (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia - Ejército Popular), marcó una lucha directa entre los amigos de la paz, (denominados “guerrilleros” como hoy día) y los enemigos de la misma, autoproclamados como “refundadores de la patria”. 

Hoy, la lucha sociopolítica, tal vez idéntica a la otrora época de la violencia bipartidista de los años cincuenta, del siglo pasado, es entre uribistas y quienes piensan distinto pues, indicar entre izquierdistas democráticos es un pecado monumental.  

Aunque dicha derrota interpretada como un mero empate técnico entre el SI y el NO pasaría por desapercibida, la firma definitiva del Acuerdo de Paz se daría un mes después de la celebración del Plebiscito (Noviembre de 2016) en el Teatro Colón de Bogotá con sus firmantes principales Juan Manuel Santos Calderón y el antiguo comandante de la guerrilla de las FARC Rodrigo Londoño Echeverry alias “Timochenko” con el resultado de que, dicha mesnada, entraría al plano político claro está, a la sombra de una extraordinaria impopularidad mezclada de rechazo social con imperantes gritos de ¡impunidad!   

Y si de traspiés se trata por parte del hoy partido político Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común (FARC) o, simplemente, “El Partido de la Rosa” (marchita, valga la aclaración), son más que el acierto fundamental de posibilitar la concreción de un proyecto político serio y democrático que inste a la consecución de la paz nacional en derrota a los discursos maquiavélicos de los voceros de la nueva violencia en Colombia: el Centro Democrático. 

Posiblemente exista la voluntad, por parte sus miembros hoy asentados en el parlamento, en querer ser gladiadores de la defensa de los acuerdos alcanzados en La Habana (Cuba) para alcanzar la paz y la reconciliación, pero ese proyecto de paz no puede entablarse mientras existan disidencias armadas o escapatorias injustificadas como la de dos de sus miembros a saber “Iván Márquez” y “Jesús Santrich”. 

Sus contrariedades y mala imagen -producto de la desazón que han venido creando-, están haciendo que pronto mancillen la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) como espacio para la confesión de la verdad que tienen que contar; y de contera, que la sociedad colombiana no solo caiga en el estupor para también hacer parte de un proyecto de paz sino a su vez se encamine, de forma invidente, a dichos discursos maquiavélicos que solo quieren acelerar de forma perpetua la tan monótona polarización política que actualmente está padeciendo Colombia.

Coletilla 1. Deplorable precedente que los señores del partido FARC, haciéndose pasar por una colectividad de izquierda cuando, en realidad, ni ideología política tienen, hayan asistido al Foro de Sao Paulo realizado en Caracas (Venezuela) a defender no sus ideales de paz sino a su aliado Nicolás Maduro y su régimen.

Coletilla 2. El prófugo "Jesús Santrich" aún percibirá su salario como Representante a la Cámara mientras no haya sentencia que proclame su perdida de investidura.  

Comentarios

Entradas populares