ELECCIONES SORPRESIVAS
“La vida te da sorpresas; sorpresas te
la vida, ay Dios”,
es una épica estrofa de la canción “Pedro Navaja” del extraordinario
cantautor panameño Rubén Blades que perfectamente puede atribuírsele a
la pasada jornada electoral celebrada en el país en elección de nuevos alcaldes,
gobernadores, diputados a Asambleas Departamentales y ediles para
conformar las Juntas de Acción Local (JAL) -para el caso específico de las
20 localidades que componen el mapa territorial de la ciudad de Bogotá D.C.-.
Cuando se hace referencia a esa palabra sorpresa
se hace énfasis en hechos políticos inesperados; inclusive, que en medio de la
tormenta político - judicial por la que actualmente está pasando el Senador Álvaro
Uribe por aquello del caso del “cartel de los falsos testigos”
se pensaba, de momento, que sus sectarios votantes sufragarían mayoritariamente
en favor de sus candidatos como un espaldarazo no hacia esos aspirantes a
cargos de elección popular avalados por el Centro Democrático sino hacia
ese caudillo psicópata del poder y su mal icónico “mano firme, corazón grande”
por el tema judicial del momento que lo mantiene fanfarroneado hacia una Corte
Suprema de Justicia totalmente mancillada por la polarización que viene causando
a través de su discurso falaz con relación a la indagatoria practicada el 8 de
octubre pasado y la expectativa de su futura situación judicial.
Pero, su partido (unipersonal, valga
resaltarlo), no logró reunir unos resultados similares o mucho más elevados en
comparación con las cifras obtenidas en las elecciones tanto legislativas como presidenciales
del año pasado y que obligaron a esos sectarios votantes no sólo a elegir a “¡El
que diga Uribe!” (Iván Duque) sino que, a la postre, convertir a su
movimiento, -gracias a esos mismos sectarios votantes- en un (mal) partido de
gobierno. Es decir, a pesar de los casos bochornosos en los que permanentemente
se involucra a Uribe Vélez, éste (más no su partido ni su presidente), tiene en
sus manos el poder tanto legislativo como ejecutivo. ¡Vaya adversidad!
Y por los lados de la izquierda política
las cosas tampoco fueron color de rosa pues, con la derrota de Hollman Morris
en Bogotá y los paupérrimos tres escaños obtenidos por Colombia Humana - UP (Unión
Patriótica) en el cabildo distrital, se nota una estruendosa pérdida de
poder político e incredulidad hacía Gustavo Petro (figura central de ese
movimiento) y sobre esa corriente en la capital colombiana teniendo en cuenta
que éste fue electo alcalde mayor para el periodo 2012-2015 en su
momento por el Movimiento “Progresistas”. En continuidad al caso
del petrismo en Bogotá, el también partido de izquierdas Polo Democrático
Alternativo (PDA), pasó de tener cinco escaños a solamente cuatro para el periodo
2020-2023 con Carlos Carrillo a la cabeza y quién, posiblemente,
llegue a ser la personalidad política del momento de las filas polistas en el concejo
capitalino.
Pero, la sorpresa mayor de la jornada es
imposible de soslayar con el ya protagonismo político que tendrá el centroizquierdista
“Alianza Verde” a partir del primero de enero del año entrante. En
resumen, sus sobresalientes resultados electorales la proclaman, de entrada, como
la primera fuerza política en Bogotá (y, posiblemente, de Colombia).
En el caso de Bogotá, por ejemplo,
cuando se pensaba que el ganador de la alcaldía sería el autoproclamado “independiente”
Carlos Fernando Galán avalado por el Grupo Significativo de Ciudadanos (G.S.C.)
“Bogotá Para La Gente”, la candidata “Verde” Claudia López
resultó contundentemente victoriosa en los comicios electorales del 27 de octubre
pasado interpretándose lo anterior como un reverdecimiento del voto feminista
y, si se quiere, un contundente apoyo de la comunidad LGBT a la ya Alcaldesa
electa por su conocida condición sexual. Aclaración: Dicho apartado subrayado
no pretende herir ningún tipo de susceptibilidades.
Y, hace historia la ciudad de Bogotá porque
es la primera mujer en tomar las riendas de la ciudad (desde la implementación
del voto popular para elegir alcalde) con algo más de un millón de votos.
Vale la pena, entonces, traer a colación
los resultados obtenidos por los candidatos a la alcaldía de Bogotá de la siguiente
manera, (según los datos estadísticos de la Registraduría Nacional del Estado Civil):
CLAUDIA NAYIBE LÓPEZ HERNÁNDEZ
COALICIÓN CLAUDIA ALCADESA
VOTOS: 1.108.541 (35,21%)
CARLOS FERNANDO GALÁN PACHÓN
G.S.C. BOGOTÁ PARA LA GENTE
VOTOS: 1.022.362 (32,48%)
HOLLMAN MORRIS
COALICIÓN COLOMBIA HUMANA
VOTOS: 440.591 (13,99%)
MIGUEL URIBE TURBAY
COALICIÓN AVANCEMOS
VOTOS: 426.982 (13,56%)
Los resultados anteriores denotan que la
diferencia entre los candidatos Claudia López y Carlos Fernando Galán
fue mínima, es decir, 3.821 votos y un empate técnico entre el tercero
de la contienda, Hollman Morris y el último, Miguel Uribe Turbay,
evidente candidato tanto de sectores políticos afines a la derecha como del ala
“peñalosista” (pues, recuérdese su trabajo como Secretario de Gobierno
en la actual alcaldía próxima a finalizar su gestión).
Con relación al Acto Legislativo 02 de 2015, “Por medio del cual se adopta una reforma de equilibrio de
poderes y reajuste institucional y se dictan otras disposiciones”, se
establece otra sorpresa a partir del Art. 1 del mismo pues, el ex candidato
Galán -si así lo desea-, por seguir en votos a la electa alcaldesa López,
puede ocupar un escaño en el concejo distrital en representación de su movimiento
político “Bogotá Para La Gente” junto a sus compañeros designados, mediante el
sufragio popular, Juan Javier Baena Merlano y Marisol Gómez Galindo.
A pesar del triunfo “Verde”
en Bogotá y en varias regiones del país, quedan algunas incógnitas por resolver
y que solo el tiempo podrá descifrarlas. Pero, a tenor de lo anterior, téngase
en la cuenta que estamos a solo dos años para una próxima jornada electoral esta
vez en elección de nuevo presidente y miembros del parlamento y, como vendrá
siendo un hecho, impondrán nuevamente a Sergio Fajardo como candidato
presidencial.
Así el asunto: ¿A quién le
conviene el triunfo de Claudia López? ¿A la arrogancia del “polista”
Jorge Enrique Robledo por aquello de su irrestricto apoyo a la personalidad de
su amigo político Sergio Fajardo? ¿A la “Coalición Colombia” de
Fajardo? ¿Será que en 2021 Claudia López renunciará a la alcaldía
para convertirse en candidata presidencial (o, por lo menos, para competir en
una consulta interna con Fajardo)? Varias facetas que, en síntesis,
pueden interpretarse como un mero juego de póquer, aunque se pone a prueba la
seriedad y la actitud de mando que dice tener la ya alcaldesa Claudia López
y demostrar que su victoria no obedece a unos simples oportunismos políticos.
Coletilla 1. “Alianza Verde” ganó 12
escaños en el concejo distrital y estará presente bajo la batuta de sus electos
ediles en 15 de las 20 localidades de Bogotá. ¡Vaya, vaya!
Coletilla 2. Esperemos que su primer año de mandato o,
por lo menos, sus primeros seis meses, se vea beneficiado por sus propuestas de
gobierno y las negociaciones que pueda entablar ante un concejo aparentemente
con ella; con 12 escaños partidistas (y demás partidos que deseen declararse a
favor de la nueva Administración Distrital), tiene la viabilidad suficiente
para timonear una gobernabilidad imprecisa en anteriores administraciones.
Coletilla 3. Pregunta: alcaldesa López, ¿es
usted adepta a la persona de Enrique Peñalosa y sus tesis de ciudad? Si su
respuesta en negativa, demuéstrenos que puede cambiar la concepción de Bogotá a
partir de un plan de desarrollo que no sea simplemente desde la percepción de un
negocio netamente personal tal como le encanta a su predecesor.
Coletilla 4. Nicolás García, gobernador de Cundinamarca; y Daniel
Bernal, alcalde de Funza. ¿Sabían ustedes que son fichas del ajedrez
político del actual Gobernador y ex alcalde de Funza Jorge Emilio Rey? ¡Vaya
nepotismo! ¡Qué no se note que es el dueño de Cundinamarca!
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