ADIÓS AL REY VALLENATO, MIGUEL LÓPEZ

In memoriam de Miguel Antonio López Gutiérrez (La Paz, Cesar, Colombia, 12 de marzo, 1938 - Valledupar, Cesar, Colombia, 12 de septiembre, 2023)

 

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Nota preliminar:

 

En paréntesis, compositores y lustros.

 

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La Paz, Cesar, tierra de grandes cantores y acordeonistas está de luto. Ha muerto Miguel López: el quinto rey del Festival de la Leyenda Vallenata (1972) cuya iniciativa magnamente fundada en el año 1968 por los ya fenecidos “La Cacica”, Consuelo Araújo Noguera, el maestro, Rafael Escalona Martínez, y, “El Pollo Vallenato”, Alfonso López Michelsen, -quien ostentó como primer gobernador del entonces recién creado departamento del Cesar (1967) y, tiempo después, asentado en la primera magistratura de la nación (1974-1978)-, ha coronado 55 personalidades del acordeón siendo el primero de ellos “El Negro Grande”, Alejandro Durán.

 

El paceño, López, quién, ostenta el quinto cuadro del total de la galería que reúne, hasta nuestros días, los flamantes reyes vallenatos (incluyendo a su hermano, Elberto “El Debe” López (1980), de recordable dúo sensacional del año 1976 al lado de Diomedes Díaz con la afamada “Ventana marroncita” o “Tres canciones” y a su hijo, Álvaro López Carrillo, (1992) y “Rey de Reyes” en 2017), hizo parte de la dinastía vallenata López; o, para mejor rédito, de los pomposos, “Hermanos López”, en calidad de integrante estrella: en tiempos de otrora, Pablo, en la caja, y él, en el acordeón, hicieron de tan gloriosa agrupación el referente principal por excelencia del folclor nacional hasta el surgimiento de nuevos grupos vallenatos que, con ahínco, siguieron sus magnos pasos. (Entre ellos, Los Hermanos Zuleta).

 

De su talento en el acordeón fueron testigos cantantes del ayer (prácticamente, hoy, en el anonimato) como Freddy Peralta y Gustavo Bula quienes, a finales de los años setenta, del siglo pasado, tuvieron oportunidad de contar con los servicios artísticos del “Rey” López: el primero, en sus producciones musicales “Acordeón bendito” (CBS, 1975) y la clásica “Humilde viajero” (Edilberto Daza) y “Con toda el alma” (CBS, 1976) que trae consigo la composición de Diomedes “Mi dolor de cabeza”. Y, el segundo, con “El regreso” donde aparecen “El general Dangond” (R. Escalona) y ¿Por qué será? (Santander Durán Escalona) y las canciones “Sufriendo por ella” (Miromel Mendoza) y “Así es la vida mía” (Mario Zuleta Díaz) de la producción musical “Como en otros días”. (Ambos trabajos publicados bajo el aval de la CBS en el año 78).

 

Pero, si de gloria musical se trata, fue al lado de una de las legendarias voces del vallenato, el también fenecido, Jorge Oñate: toda una institución primaria al interior de la industria con sus infaltables seudónimos por antonomasia, “El ruiseñor del Cesar” o “El jilguero de América”. (Personalidad artística que, a través de su voz tenor, atestiguó, a modo de compañero de fórmula de López, la coronación de éste acaecida en 1972).

 

Pero, valga acotar que, desde 1970, la asociación musical “Los Hermanos López” – Jorge Oñate, avalada por la CBS, ya venía construyendo un camino promisorio, pues, fue en ese lustro que se estrenó el LP “¡Lo último en vallenatos!” con una carátula de ensueño, -quizás, la mejor portada vallenata que he tenido oportunidad de visualizar-, adornada con el rostro de una despampanante mujer que, en últimas, connota una hermosa “musa” vallenata. Allí, tienen cabida las proverbiales “Berta Caldera” (Luis Enrique Martínez), “Siniestro de ovejas” (Carlos Araque) y la elegía para el pueblo paceño, “La Paz” (Emiro Zuleta).

 

En el 71, continuó la exposición del término, “vallenato arrabal”, con “Dina López” (J. Vicente Muniver) y “Triste recuerdo” (Armando Gutiérrez) aparecidas en el trabajo “Diosa divina” y, en el 72, año de la coronación de López, se presentaron dos clásicos representativos del vallenato titulados “Mi gran amigo” -en dedicatoria a un padre fallecido- de la autoría de Camilo Namen y “Amor sensible” (Freddy Molina) asignados en el cancionero de “El jardincito”.

 

En “Reyes vallenatos” (1972) se publicaron otras clásicas de grata recordación, principalmente, “Recordando mi niñez” (C. Namen) y, seguida de la anterior, “Tiempos de la cometa” (F. Molina) y “Bajo el palo e’ mango” (Leandro Díaz). No obstante, imposible de soslayar la composición de Escalona, “Carmen Gómez”, surgida en “Bodas de plata” (1973), “Palabras al viento” (S. Durán) y “No voy a Patillal” (Armando Zabaleta) del LP publicado en el año 73, “El cantor de Fonseca”, cuyo título de Carlos Huertas, de igual manera, es canción insigne por sobre todas las cosas.

 

Otros títulos, también recordables, fueron grabados por Los Hermanos López en conjunto con Oñate por allá en el año 1974 conocidos como “La loma” o “Que venga a la loma” (Samuel Martínez) y “Dos rosas” (F. Molina) con espacio en “Fuera de concurso” y “Entre placer y penas” (E. Zuleta) a modo de melodía especial del trabajo “Rosa jardinera”.  

 

Con “Canto a mi tierra”, lanzado en 1975, se dio fin a un ciclo de aventuras vallenatas, supremamente consagradas, dejando como un “hasta pronto” canciones propias del sentir popular tituladas “Alicia la campesina” (Andrés Guerra L.) y “Remembranzas” (E. Zuleta).

 

Y digo un “hasta pronto”, pues, con absoluta seguridad, el dúo de la historia se ha reencontrado en la eternidad para prorrumpir tan diciente estrofa de “Tiempos de la cometa” la cual reza:

 

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“Cuanto deseo

Por que perdure mi vida

Que se repitan

Felices tiempos sentidos

El primer trago a escondidas

Mi primera novia en olvido

Ya mi juventud declina

Al compás de tiempos idos”.

 

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¡Por siempre, “Rey” López!


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NICOLÁS FERNANDO CEBALLOS GALVIS

2 OCTUBRE 2023 

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