DE SANTA FE A BOGOTÁ: 486 AÑOS DE HISTORIA
“Tres guerreros abrieron tus ojos
a una espada, a una cruz, y a un pendón
desde entonces no hay miedo en tus lindes
ni codicia en tu gran corazón”. (bis)
(Estrofa
I, himno de Bogotá escrito por el poeta boyacense Pedro Medina Avendaño (1915 –
2012)).
En el juicioso capítulo “Introducción a la vida de Santa Fe” (pp. 133 –
147) integrado a los contenidos sociológicos del estupendo tratado “América
tierra firme” (Plaza y Janes, 4ª. Ed., 1982) de la autoría del intelectual
colombiano Germán Arciniegas (1900 – 1999), se esboza sobre el profundo arraigo
aborigen que se cierne al interior de los anales que componen la historia de
Bogotá (o “Bocotá”, o, mejor, “Bacatá”, bien sea donde fue construida, cerca
del territorio muisca del Zybyn cuya capital, Funza, -o Muyquytá-, era,
también, la capital del Zipazgo; o, bien sea, en calidad de capital de la
confederación del Zipa en la antigua civilización Muisca, correspondiente al
periodo precolombino); y de las peripecias que llevaron al conquistador español
don Gonzalo Jiménez de Quesada (1509 – 1579) a, valga la redundancia, la
conquista del territorio de la Sabana, unida, desde luego, a la fundación de
Santa Fe (6 de agosto de 1538) a la que, primeramente, denominó “Nuestra señora
de la Esperanza” y la instauración del primer Cabildo de Santa Fe fechado del
13 de mayo de 1539.
Pero lo cierto, aquí, es que el territorio de Funza bajo el significado
“Varón poderoso” o “Gran señor” y en cuya escultura en honor al
Zaquesazipa-Sagipa instalada en el parque principal Ernesto Esguerra Cubides de
tal municipalidad, rezando en su debida nomenclatura: “…(1539) Quinto y
último Zipa de Bacatá, hermano del anterior Zipa, Tisquesusa, reconocido y
apoyado por su pueblo debido a su valor y fuerza en las confrontaciones con
pueblos vecinos. (…) Lideró a sus tropas en contra de los españoles, causándoles
algunas perdidas de importancia…”, fue primero que Bogotá: fundada el 20 de
abril de 1537, no puede obviarse que de su territorio germinó la hoy ciudad
capital, pues aparte de ostentar título de estandarte del Zipazgo, se llamaba
Bogotá a su antigua población; fue la morada del príncipe Muisca (Zipa) en
tiempos de la otrora, Muequetá, -asimismo referida “Campo o sabana de la
labranza”- y la probabilidad de que al interior de la vereda El cacique se
encontrase la cabecera de la población de Bacatá, la ciudad más importante del
pueblo Muisca. (Pese a que se ha abierto el debate político, infructuoso, entre
otras cosas, de que, aparte de Bogotá, el departamento de Cundinamarca posea
una segunda capital, sin lugar a dudas el actual municipio de Funza merecería,
por sobre todas las cosas tal dignidad, claro, dado el caso que, a futuro,
llegase a resultar la iniciativa).
Por lo que se refiere a la fundación de Santa Fe, Álvaro Páez en su
investigación Historia de Colombia (s. f.), de la siguiente manera responde al
interrogante ¿cuál fue la ruta de Jiménez de Quesada hasta su llegada a la
Sabana?:
Gonzalo Jiménez de Quesada exploró el río Magdalena
y, en dos columnas, tierra y agua, con muchas dificultades llegó a Tamalameque
(Cesar); luego a Tota (Boyacá); siguieron por el río Opón (Santander), arriba,
hasta el Valle de Saravita (Vélez) y entraron, luego, por el Valle de los
Alcázares, es decir, la actual Sabana de Bogotá.
Entró por Suesca en la Sabana: ocupó Chía;
conquistó Hunsa (Tunja) y Sogamoso; fue al Valle de Neiva (que llamó el Valle
de las Tristezas por los pobres resultados obtenidos) y vuelto a una aldea
llamada Thybzacá o Teusacá (hoy, Teusaquillo), realizó la fundación de Santa Fe
de Bogotá el 6 de agosto de 1538. Los Chibchas, dueños del territorio, ocupado
por Quesada, defendieron con fuerza sus presiones, pero fueron vencidos. (La
época hispánica, p. 4).
Bautizada Santa Fe (o Santafé) un 27 de julio de 1540, el emperador
Carlos I la elevó a la categoría de ciudad y, en 1548, le concedió el título de
“muy noble, muy leal y ciudad más antigua del Nuevo Reino”. Además, fue sede de
gobierno de la Audiencia del Nuevo Reino de Granada (organizada bajo la
autoridad de la Real Audiencia de Santafé) y, en 1717, se le asignó su
condición de capital del Virreinato de la Nueva Granada, referenciando, en su
orden de periodo, a los siguientes gobernantes que, desde 1740 a 1810, tuvieron
cabida en lo que también se denominó Virreynato de Santafé: Sebastián de Eslava
(1740 – 1749); José Alfonso Pizarro (1749 – 1753); José Solís Folch de Cardona
(1753 – 1761); Pedro Mesías de la Zerda (1761 – 1772); Manuel Guirior (1772 –
1776); Manuel Antonio Flórez (1776 – 1782); Juan Francisco de Torrezal Díaz de
Pimienta (1782); Juan Francisco Gutiérrez de Piñeros (1782); Antonio Caballero
y Góngora (Arzobispo) (1782 – 1789) (fundador del periplo conocido como la
Expedición Botánica (1783) bajo la dirección del notable José Celestino Mutis
(1732 – 1808)); Francisco Gil de Taboada y Lemus (1789); José de Ezpeleta (1789
– 1797); Pedro de Mendinueta y Muzquiz (1797 – 1803) y Antonio Amar y Borbón
(1803 – 1810).
Escenario por excelencia del Movimiento Independentista aunado con el
histórico suceso del “Florero de Llorente”, ahora sería Bogotá la elegida para
ostentar la capital de La Gran Colombia (1819 – 1831) y que, conformada, en
primera instancia, por Colombia, Ecuador, Panamá y Venezuela, fue dirigida con
magnificencia por el Libertador Simón Bolívar (1783 – 1830) desde 1819 hasta su
deceso; posteriormente, convertida durante el primer mandato del general Tomás
Cipriano de Mosquera (1861 – 1863) en Distrito Federal de Bogotá (23 de junio
de 1861) que sirviera como residencia federal de los Estados Unidos de Colombia
(1863 – 1886), desde la proclamación de la República de Colombia (1886) hasta
nuestros días es la capital de la misma y del departamento de Cundinamarca,
inclusive, reafirmándose lo anterior a través de la Carta Política de 1991 en
lo respecta al acápite De la organización territorial, Capítulo IV, Del Régimen
Especial, según lo reglado en los arts. 322; 323; 324; 325; 326 y 327,
respectivamente, hasta con modificación de Santa Fe de Bogotá por Bogotá Distrito
Capital (D. C.), de acuerdo al art. 1 del Acto Legislativo No. 1 de 2000,
aunque, de otrora, consagrada a modo de Distrito Especial (D. E.) a partir del
Decreto Ley 3640 de 1954 proferido en el gobierno del general Gustavo Rojas
Pinilla (1953 – 1957) anexándose a su territorio los municipios de Fontibón;
Bosa; Usme; Suba; Usaquén y Engativá a partir de lo dictado en la Ordenanza 7
de 1954 suscrita por el entonces Consejo Administrativo de la Gobernación de
Cundinamarca.
***
Actualmente conformada por 20 localidades en su orden numérico: (1)
Usaquén; (2) Chapinero; (3) Santa Fe; (4) San Cristóbal; (5) Usme; (6)
Tunjuelito; (7) Bosa; (8) Kennedy; (9) Fontibón; (10) Engativá; (11) Suba; (12)
Barrios Unidos; (13) Teusaquillo; (14) Los Mártires; (15) Antonio Nariño; (16)
Puente Aranda; (17) La Candelaria; (18) Rafael Uribe Uribe; (19) Ciudad Bolívar
y (20) Sumapaz, cada una de ellas está regida por un alcalde local en compañía
de una Junta Administradora Local (JAL) conformada entre 7 a 11 ediles;
adicional, en su conjunto, la organización político-administrativa del Distrito
Capital de la ciudad de Bogotá está en cabeza de un alcalde mayor electo para
un periodo gubernamental de cuatro años, sin posibilidad de reelección, y un
total de 45 concejales, que, durante el cuatrienio, acompañaran o se opondrán a
las iniciativas que el alcalde someta a su consideración.
Acompasada de unos pomposos cerros orientales que, en sus centros, se
instalan el emblemático santuario de Monserrate y la estatuilla de la Virgen de
Guadalupe y que, desde ambas orillas, puede vislumbrarse la gran panorámica de
Bogotá donde, por citar, sobresalen la torre Colpatria y el edificio Bacatá,
también es cierto que el corazón del centro de la ciudad viene siendo la simbólica
Plaza de Bolívar colindante, al norte, con el Palacio de Justicia y la Casa del
Florero; al sur con el Congreso de la República y la Casa de Nariño; al oriente
con la imperial Catedral Primada de Colombia y al occidente con el Palacio
Liévano, sede por antonomasia de la alcaldía mayor de Bogotá, imposible de
soslayar que su localidad principal es Teusaquillo donde, por cierto, se reúne
una amalgama de escenarios académicos, políticos, culturales, naturales
(sendero “Park Way”) y deportivos, hallándose, allí, el emblemático estadio
Nemesio Camacho, “El Campin”, -complejo que, valga acotar, pretenden cambiarlo
en su totalidad a partir del primer semestre de 2025-, estando a cargo del
Instituto Distrital de Recreación y Deporte (IDRD) y donde juegan los
principales equipos capitalinos Millonarios F. C. e Independiente Santa Fe.
Conocida como “La Atenas Sudamericana” por su acertada apuesta cultural
en lo que respecta a la promoción de la lectura, en 2007, por ejemplo, fue
declarada por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la
Ciencia y la Cultura (Unesco) “Capital mundial del libro” y “Capital
Iberoamericana de la cultura”. Adicional, en 2012, la misma entidad la designó
como “Ciudad creativa de la música”.
Corferias, su principal centro de ferias y exposiciones, aparte de haber
sido sede del Campus Party que reúne a aficionados en informática, innovación,
ciencia, creatividad, emprendimiento y ocio digital, ha albergado eventos tales
como la Feria Internacional del Libro de Bogotá, Expoartesanías y ArtBo (Feria
Internacional de Arte de Bogotá) más el Festival Iberoamericano de Teatro
(2008).
Impulsadora de los denominados Festivales al Parque, celebrados en el
Parque Simón Bolívar, se destacan “Rock al Parque”; “Jazz al Parque”; “Salsa al
Parque” y “Hip Hop al Parque” sin dejar por fuera la propuesta del Festival de
Verano y el recién inaugurado “Vallenato al Parque” (Acuerdo No. 933 de 2024
del Concejo de Bogotá). De igual modo, se citan los siguientes festivales
adicionales: Festival de la chicha, la vida y la dicha; el Carnaval de Bogotá
en celebración del cumpleaños de la ciudad; Festival de Cine Europeo y el
Festival Iberoamericano de Teatro.
Proclamada como la “Capital mundial del libro” (2007), se traen a
colación los programas “Libro al viento” y la red de bibliotecas públicas,
BibloRed, conformada por las cuatro grandes bibliotecas públicas Virgilio
Barco; El Tintal; El Tunal y Julio Mario Santodomingo, pero siendo la
Biblioteca Nacional de Colombia, dependiente del Ministerio de Cultura, y la
Biblioteca Luis Ángel Arango, dependiente del Banco de la República, las dos
mayores bibliotecas públicas de la ciudad.
En cuantos a museos respecta, se halla en su circunscripción el
histórico Museo Nacional de Colombia adicionando la Casa Museo Jorge Eliécer
Gaitán; el Museo de la Independencia; la Quinta de Bolívar; la Casa Museo
Francisco José de Caldas; Maloka; el Museo de los Niños de Bogotá y el Museo de
Bogotá.
Y entre sus variados platos típicos se enlistan el muy conocido ajiaco
santafereño acompañado de crema de leche, alcaparras y aguacate con una crema
de curuba de sobremesa; la mazamorra chiquita; el tamal con un delicioso
chocolate santafereño con almojábana, queso fresco y pan de queso; brevas con
arequipe; fresas con crema; postre de natas, colaciones y cuajada con melao y
la changua acompañada con pan, chocolate, avena, chicha, masato y garullas.
Bogotá: 2.600 metros más cerca de las estrellas”. (Y del metro,
posiblemente…).
“Flor de razas compendio y corona
en la patria no hay otra ni habrá
nuestra voz la repiten los siglos:
¡Bogotá! ¡Bogotá! ¡Bogotá!”.
(Estrofa X, himno de Bogotá)
Nicolás Fernando Ceballos Galvis
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