30 AÑOS DE AMOR Y CONTROL
No es la icónica
“Pedro Navaja” ni la emblemática “Plástico”. Tampoco “La canción del final del
mundo” ni el lamento setentero “Me recordarás”. O, las épicas historietas, “Decisiones”
o “Sicarios”. Es, nada más, ni nada menos, que la aún vigente lección de vida,
“Amor y control”, luego de su loable presentación al público latinoamericano
por el portentoso cantautor panameño, Rubén Blades, hace ya 30 años. (Tan
vigente como las ya apuntadas anteriormente y, otras tantas, claro, de grata
recordación).
Desconozco en qué
estaba pensando “El intelectual de la salsa” __como se le conoce al
interior de la industria musical__ al esbozar semejante filosofía que,
en suma, se cataloga como una de las mejores composiciones de la música latina
en los últimos tiempos. Pero, si me lo permiten, también se puede considerar como
una de las mejores canciones de habla hispana en el mundo, pues su carga
emocional es tan diciente que conmueve el alma de cualquiera para que la misma
se desahogue a través del llanto.
A partir de su
esbelta composición, Blades resume la vida en dos palabras: amor y control.
Así, entonces, aparte de la vida, ¿qué vendría siendo el amor y qué el control?
A tenor de lo anterior, si el amor catalogado como algo infinito, __pues
no tiene una definición exacta, como la muerte__, es una sinonimia
de cariño o afecto, puede considerarse la palabra control como la disciplina
personal o la madurez para afrontar las desgracias o, mejor aún, la base
esencial de la convivencia, sea sentimental o al interior de una familia, como
la reflejada en tan triste historia que no teniendo amor y un control pleno de
su hogar, se entroniza en una de las bellas estrofas de la recordable canción
la afamada esquela que “a pesar de los problemas, familia es familia y cariño
es cariño”.
Y, ese afrontar las
desgracias, se sustenta, precisamente, “en el mucho control y mucho amor para
enfrentar a la desgracia” como dibujo esencial, como la moraleja, no principal,
sino de muchas que, en pocas palabras, nos deja tan fatal acontecimiento donde
una madre lucha contra un cáncer que no se puede curar y un padre, a viva voz, que
grita a su hijo: “¡aunque tu seas un ladrón, y aunque no tengas razón, tenemos
la obligación de socorrerte! ¡Y por más drogas que uses, y por más que nos
abuses, la familia y yo tenemos que atenderte!” para un cierre de antaño que evoca:
“aquel muchacho y mi pobre madre, dos personas distintas, pero… dos tragedias
iguales…”.
Pero el pedazo que,
en lo particular, me produce un terrible pesar, es aquel donde Blades coincide
plenamente con mi padre, hoy en la eternidad, cuando éste afirmaba con certeza
sobre la obligación de los padres hacia sus hijos. Sus dicientes palabras no
las pudo resumir mejor el cantautor al esbozar dos apartes tan ciertos, pero
irrebatibles a la vez: “solo quien tiene hijos entiende que el deber de un
padre no acaba jamás”; y, “que el amor de padre y madre no se cansa de entregar”.
Mi afinidad con “Amor
y control” no es en vano. Mi madre, luchó contra un cáncer que sí pudo curar
producto del amor y el control que hubo en casa; de lo contrario, hubiese
partido… En cambio, mi padre, por circunstancias de la vida, ya no está… así
que…
“Mucho control y
mucho amor para enfrentar a la desgracia…”.
* * *
“Amor y
control”
No es sólo el título
de tan magna canción sino del esplendoroso álbum lanzado por Rubén Blades y Son
del Solar en 1992 bajo el auspicio de la antigua CBS Records. 12 títulos
componen el trabajo musical con lo mejor de su repertorio con “sentido social”
con la principal, “El apagón”. Y, otras más, como la memorable, “Adán García”, cuya
fatal realidad es expuesta a través de un cántico monumental en la voz del
polifacético, Rubén Blades, y la poesía, “Creo en ti”, con el bello inicio: “no
sé si volverá Maradona; ni si Tyson aguanta su pena; no creo en el alma que no
perdona ni creo en el corazón que condena, pero en ti sí… cariño, yo creo en ti”.
Aparte de “Amor y control”, también se destacan “Piensa en mí”; “Canto a la
madre”; “Canto a la muerte”; y, “Naturaleza muerta”, __a manera de
samba brasileña__.
“Amor y control”:
simplemente… ¡para oír, llorar y… gozar!
* * *
NICOLÁS
FERNANDO
29
NOV, 2022
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