30 AÑOS DEL BINOMIO DE ORO "DE AMÉRICA"
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Nota preliminar:
En paréntesis, compositores y discográficas.
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El fatídico
acontecimiento que desencadenó el deceso del para entonces afamado, Rafael
Orozco, cuya personalidad simpática aún permanece intacta en la memoria de sus seguidores,
apagó el entusiasmo de un portentoso, “Binomio de Oro”, que trascendía más que
fronteras con sus aún recordables vallenatos magnánimamente aplaudidos y bien
recibidos por una fanaticada nacional e internacional tales como “La creciente”
(Hernando Marín), “El higuerón” (Abel Antonio Villa), “Dime, pajarito” (Octavio
Daza), “El parrandón” (Alejandro Durán), “No se pedir perdón” (Gustavo
Gutiérrez) o la oda de la autoría del mismísimo Orozco, “Sólo para ti”, en
honor a su amada, Clara Cabello.
Luego de su desaparición
física acaecida un 11 de junio de 1992 se publicó en tributo a su memoria el
proyecto artístico “Por siempre” (Costeño / Codiscos) el cual incluye los
éxitos “Azuquita, azuquita” (Orangel “Pangue” Maestre), “Sé que volverás”
(Gustavo Gutiérrez), “Sólo quise ser feliz” (José Alfonso “El Chiche” Maestre)
y las composiciones de su inseparable compañero de fórmula, el gran, Israel
Romero, “El pollo Irra”, “Recorriendo a Venezuela” y “A ritmo de cha cun cha”. Con
lo anterior, aparte de un ¡por siempre, “Rafa”! ¡Por siempre!, prorrumpido por
su enorme fanaticada “Binomista”, también se le decía adiós al ya inmortal, cantautor,
Orozco, a través de melodías vallenatas que alcanzó a dejar grabadas como
pronta despedida.
Ya, en el año 93,
mientras surgían, con ahínco, agrupaciones vallenatas de la talla de “Los
Hermanos Zuleta”, “Los Betos” y “Los Diablitos” con su canción insignia “Los
caminos de la vida” (Omar Geles) y se acrecentaban las famas de Miguel Morales,
“La voz”, Farid Ortiz, “El rey de los pueblos”, Jorge Oñate, “El jilguero de
América”, Iván Villazón, y, Diomedes Díaz, bajo la bendición de su mejor álbum,
“Titulo de amor”, en conjunto con su acordeonero estrella, “Juancho” Rois, “El
pollo Irra” echaba mano de todo el potencial posible que se ponía ante sus ojos
a efecto de resucitar ese Binomio sustentado, con justa razón, en un
grandilocuente andamiaje histórico caracterizado por el infaltable O.R.O. definido,
por excelencia, como Organización Romero / Orozco. (Inconmensurable, por
cierto, al interior de la música vallenata).
En ese sentido, entre
agrupaciones y cantores de la época, ya posicionados, el renovado, “Binomio de
Oro”, auspiciado por la discográfica, “Codiscos”, entró “con pie derecho” a
competir en una industria que, de vieja data, conocía de sobra, pero acompañado
de un “América” que, en estos últimos 30 años, ha venido engrandeciendo su
“status” musical… De “todo corazón”.
Sí: de “Todo corazón”
como el nombre de la primera producción del nuevo “Binomio” cuya carátula lo
dice todo: al lado del comandante del grupo, Romero, una silla vacía, aunque
dicha producción fue la llave con la que retomaron la senda del éxito en
compañía de los intérpretes Richard Salcedo, “Gaby” García (a quien algunos
consideraban en aquellos tiempos el “doble perfecto” de Orozco) y la para
entonces considerada promesa del folclor nacional, por sobre todas las cosas,
el joven intérprete, Jean Carlos Centeno. Y no se equivocaron quienes así lo
vislumbraban, pues sus dotes en el canto fueron de tal magnitud que el romántico
título “No te vayas” (Jorge Valbuena) lo catapultó al estrellato.
Surgieron, entre
otras, las recordadas “Qué bonito” (I. Romero) en las voces de Richard y
“Gaby”; “Verónica” (José Alfonso “El Chiche” Maestre), “Sentirse enamorado”
(Rosendo Romero) y “Dime quién” (Fabián Corrales) interpretadas por “Gaby” y “Oye
mami, ¿qué paso?” (I. Romero) en la voz de Salcedo. Hasta el himno vallenato
“La gota fría” (Emiliano Zuleta Baquero) __asimismo en la voz de
“Gaby”__ hace parte de tan agradable compilación.
Continuó la ascensión
“Binomista” con el trabajo “De la mano con el pueblo”, publicado en 1994, donde
yace el otro bello clásico del ayer y del hoy de la autoría de Orozco, “Sólo
por ti”, bajo la interpretación de un ya engrandecido Centeno, puesto que,
aparte de la referida, con su ilustre canto, incluso, dio vida a una de las
tantas composiciones de Rafael Escalona como lo es “La mona del cañahuate” o de
Wilmar Bolaños con “Chica de loco amor” y “Todo terminó así” y las infaltables
“Picardía” (Juan José Molina) y “Celos” (Fabián Corrales).
En tanto, “Gaby” con las
canciones “Dueña del mundo” (Luis Egurrola), “Empezar de nuevo” (Juan Acosta) y
“Fanny” (Nicolás “Colacho” Mendoza) más el título “Con mi acordeón” en la voz
de Richard hicieron lo propio al entregar su valioso aporte para la realización
del proyecto.
Ahora, sin la
presencia artística de “Gaby” y Richard, 1995 fue el tiempo del álbum “Lo
nuestro” ya con la dupla “Romerista” en los acordeones (dada la integración de
“El Morre” Romero a la agrupación) y la voz líder de Centeno, destacándose,
primeramente, el denominado “Chucurrucuchu” (I. Romero / Fidel Corzo).
Adicional, sobresale la composición de Centeno, “Locamente enamorado”, y las
melodías “Como negar tus besos” (F. Corrales), “Lo que quieras de mí” (L.
Egurrola) y “El forastero” (“El Chiche” Maestre).
Pero a ese muchacho
Centeno ya empoderado en el micrófono principal le hacía falta un compañero
que, junto a él, cantara la tendencia romántica que, disparando en gran fama al
“Binomio de Oro de América”, estaba por venir.
Tendencia romántica
que selló su espíritu en 1996 con la aparición del álbum “A su gusto” que dio
cabida a la figura del afamado cantautor vallenato, Jorge Celedón, para, en
conjunto con Centeno, interpretar las memorables “Volvió el dolor” (J. Centeno)
y “Como te olvido” (L. Egurrola). Inclusive, el éxito “Me voy de ti” con un
Celedón en solitario o “Que cosas tiene el amor” (Julián Rojas), “Ya es la
hora” (F. Corrales) y “Te eché de menos” (Reinaldo Mora) con un Centeno más
impetuoso que nunca. Y fue en este acápite musical donde el propio “Pollo Irra”
se inició en el canto con la clásica “Bañarte en mis sueños” (Carlos Arturo
Brito).
Seguiría de qué
hablar al interior del medio vallenato la dupla Centeno / Celedón cuando en
1997 se estrenó “Seguimos por lo alto” trayendo consigo los vigentes duetos “No
te quiero perder” (L. Egurrola), “Mis hojas secas” (“El Chiche” Maestre) y
“Distintos destinos” (Eddy Martínez) con ingredientes adicionales de ambos
artistas en solitario como “Amigo el corazón” (J. Centeno), “Manantial de amor”
(I. Romero), “Te haré feliz” (Iván Calderón), “Regresa a mí” (Jorge Valbuena) y
la interpretada por Romero, el sentido paseo, “Hoy me di cuenta”, en coautoría
con Santos Vizcaíno. O los espléndidos dúos aparecidos en 1998 bajo los títulos
“Un osito dormilón” (J. Centeno) y “Olvídala” (Alberto “Tico” Mercado) asignadas
en el cancionero del álbum “2000” muy bien reforzado por otras románticas
“Centenistas” como “Lejos de ti” (I. Romero), “Si no regresas” (I. Calderón) y
“Un camino lejano” (J. Centeno) o “Celedonistas” como “El amor” (Omar Geles) y
“No pude olvidarte” (José Antonio Moya) sin obviar el plus de Israel Romero con
“Pa’ que me des tus besos” (C. Brito) en su cálida voz.
Con la altura musical
que los caracterizó desde aquel año 93, sellaron el fin del siglo XX con “Más
cerca de ti” cuyo colaborador estrella, Junior Santiago, se estrenó por lo alto
con las interpretaciones de las románticas de antaño “No me vuelvo a ilusionar”
(Iván Calderón), “Como vamos a quedar” (F. Corrales), “La pícara” (Luis Alberto
Murgas) y el hermoso plectro, “Los ideales” (Rosendo Romero). Claro que Centeno
no se quedó atrás al darle vida a líricas famosas como las de su autoría
“Quiero que seas mi estrella” y “Me vas a extrañar”, “Y no regresas” (“Tico”
Mercado) y “Realízame mis sueños” (L. Egurrola). A destacar, el Mosaico Leo Dan,
en la voz de Centeno, y la infaltable de Israel, “Tres palabras” (C. Brito).
En resumen, siete álbumes
vallenatos que, en lo corrido de aquella década dorada del noventa para el
folclor, contaron con el visto bueno y la aprobación unánime tanto del pueblo
colombiano como latinoamericano.
En la década de los
2.000 continuaron con la característica exposición de dignas letras románticas
en las sendas voces de Centeno y Junior con la producción, “Difícil de igualar”,
cuyo título, en la voz del primero, se afianzó con sus también composiciones “Me
ilusioné” y “Ya se va” más otras en su voz como “Más cerca de ti” (I. Romero),
“Ya te vas amor” (I. Calderón) y “Yerba mala” (F. Bueno / E. Vásquez). “Déjate
atrapar” (“Tico” Mercado), “Mi bendita ley gitana” (“El Chiche” Maestre), “La
iguana” (I. Romero / José F. Romero) y “Acuérdate de mí” (F. Corrales) __con
destacada participación de Junior en las anteriores__, completan el
listado romántico con un bonus track en la voz de “El Pollo Irra” titulado
“Tiempo de comenzar” (Óscar Cantillo).
“Haciendo historia”,
lanzado en 2001, trajo consigo dos sorpresas: el dúo Israel Romero / Jean
Carlos Centeno en el tema “No puedo olvidarla” (Wilfran Castillo) y la
infaltable de Romero, en solitario, “Todo se acaba” (Alejandro Sarmiento).
Junior con “Sola quizá” (L. Egurrola), “Te llevas todo” (I. Calderón) y “No me
resignaré” (Miguel Suárez), entregó su sobresaliente aporte romántico mientras
Jean Carlos por intermedio de sus letras “Dime como te olvido” y “Mi segunda
vida” más “Corazoncito negro” (C. Brito) y “Una serenata más” (F. Corrales)
reforzó con más fuerza el espíritu del proyecto musical: más románticos que
nunca.
2003 fue el tiempo de
“¡Que viva el vallenato!” con la aparición de las estelares “Cuando vuelvas”
(J. Centeno), “Si tu amor no vuelve” (W. Castillo), “Una como tú” (Felipe
Peláez) y “Cómo expresar lo que siento” (I. David Romero) todas, cantadas por
Centeno, más la despedida de Junior al entregar en su voz los temas “Cómo olvidarte”
(Gabriel Arregocés) y “Déjame acercarme a ti” (Nirlon Sánchez). Infaltable la
de Israel Romero para cerrar con broche de oro el trabajo musical al
interpretar la composición de José Antonio Moya, “Quiero estar contigo”.
En 2004, arribó a la
agrupación “Binomista” el reconocido cantautor, Alejandro Palacio, quien tuvo
oportunidad de participar en el álbum de ese año, “En todo su esplendor”, con
la canción de su autoría, “Jamás imaginé”, y en las interpretaciones de “Vida
de mi vida” (I. Romero), el carnavalito, “Juana Apolinaria”, y “Necesito” (I.
D. Romero) ambas, en conjunto con Centeno, cuya personalidad artística vino a
darle vida y sentido tanto a su reconocida composición, “Un recuerdo que mata”,
como al célebre tema “La ley de la vida” (F. Corrales). Hasta compartieron
dueto en la famosísima “Niña bonita” (Richard Daza) con espacio en el álbum del
siguiente año, “Grafiti de amor”.
Si Centeno se
despidió del grupo en 2005, Palacio haría lo propio en 2006 cuando dejó
consignadas en la producción”, Impredecible”, las canciones “¿Qué pensaba yo?
(F. Peláez), “Diferente a las demás” y la del título homónimo del álbum donde
reposan los conocidos temas en la voz de Orlando Acosta “Sufre corazón” (Omar
Geles) y “La dama guajira” (Hernando Marín).
De generación en generación ha venido creciendo exponencialmente el “Binomio” tanto que, en estos últimos años, se ha mantenido la tendencia con la que respalda su esencia musical de la mano con “El amor no basta” (“El Chiche” Maestre), “Miradas cruzadas” (Carlos Daza) o “Me sobran las palabras” (Rosendo Romero) aparecidas en “Vuele y pica… El Pollo” e incluso con los últimos trabajos discográficos “Corazón de miel”, “Total”, “La promesa” o “Por el mundo entero” con los que pretenden seguir denominándose “Binomio de Oro de América” hasta la eternidad todo porque… "¡Chévere! ¡Mi vallenato es chévere! ¡Porque me gusta, chévere! ¡Porque es bonito, chévere, chévere, chévere, chévere! ¡Chévere! ("Qué bonito", 1993).
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NICOLÁS FERNANDO CEBALLOS GALVIS
26 JULIO 2023
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