EL MALÉVOLO URIBE (Y EL “URIBISMO”)
Álvaro
Uribe no es un estadista. ¿O un “animal político” en referencia a la muy
explorada tesis del magnánimo filósofo griego, Aristóteles, inculcada en su
regio tratado “La Política”?
Ni mucho menos un intelectual o un “hombre político profundamente liberal” como ahora viene autoproclamándose sin sonrojo y por no decir que es de izquierda su enemigo ya no político sino personal: el presidenciable Petro.
Indudablemente sí es un personaje siniestro alinderado al ultra conservadurismo doctrinario que, ni más ni menos, es la versión criolla del fascismo… Y del nacismo… Y de las extremas derechas… En fin; del que fuera partidario su padre político el tenebroso exmandatario Laureano Gómez, “El basilisco”, y cuyo régimen instaurado a principios de los años 50 del siglo XX fue inexorable trayendo a colación uno de los sucesos más cerriles de nuestra historia: la violencia política entre “godos” (conservadores) y “cachiporros” (liberales) y acelerada, en gran medida, bajo la égida del aparato político parapolicial del gobierno laureanista denominado “Los chulavitas”. Y un guerrerista de carrera, de vieja data, cuando auspició en sus “magnos tiempos” de gobernador del departamento de Antioquia el fenómeno de las “Convivir” __ala de la plena expansión de los grupos paramilitares en Colombia con las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) a la cabeza__, o la fundación del “Bloque Metro” que tanto le achacan junto con su hermano, el apóstol, Santiago (o “Carepapa” como le dicen por ahí) quien actualmente enfrenta un juicio por su presunta participación, en calidad de fundador, del grupo de bandoleros (¿o paramilitar, también?) “Los 12 apóstoles”.
El asimismo caballista Uribe montado, valga la redundancia, en un caballito de madera o, vaya uno a saber, en uno de verdad, propiedad de la “narco-familia” Ochoa, galopeó su futuro político a tal punto de convertirse en presidente de la república como lo anhelaba el clan ya mencionado o el mismísimo narcoterrorista, Pablo Escobar, pues el adagio aún exclama “que si “El patrón” no pudo sentarse en el solio de Bolívar, su discípulo sí” (como desgraciadamente sucedió), sin dejar por fuera su no muy sobresaliente gestión dentro de la Aerocivil como director de esa entidad __por aquello de las licencias otorgadas a los pilotos de las avionetas de los narcotraficantes para que volaran repletas de cocaína__ o su estrepitoso paso por la alcaldía de Medellín en donde no duró mucho tiempo al frente de la ciudad por su connivencia con el “Cartel de Medellín”.
Y el guerrerista, de buenas a primeras, con su discursillo de aniquilamiento total a las “¡Far!” (como las denomina de forma bravucona), todo por vengar el asesinato de su padre así el exguerrillero “Catatumbo” cuente otra historia, y aprovechando, de paso, el fracaso de su ahora aliado Pastrana en el Caguán __aunque en absolutamente todo fracasó__, se hizo con el “título honorífico” de presidente en 2002 con su ideario del “Estado comunitario”: seguridad democrática, confianza inversionista y cohesión social en demostración para concepto de su más fiel séquito de adoradores de su patriótico populismo incluyendo su demagogia en los “Consejos comunitarios” con la que se comió a cuento a medio país, y su muy propagandístico pero grandilocuente lema de campaña: “¡Mano firme, corazón grande!”.
Y comenzó la autocracia que aún mantiene activa con presidente propio (Duque) y zalamerías como el referéndum que se inventaron en conjunto con el otro dictadorzuelo para entonces ministro del Interior hoy pseudo periodista, Fernando Londoño; o la crónica de una muerte anunciada a la que no le paró bolas cuando el alcalde de El Roble (Sucre), Eudaldo Díaz, le exclamó que lo iban a matar, pero sí tuvo la osadía de enviar al asesino Salvador Arana a Chile; o el cohecho de la “Yidispolítica” con la que hizo aprobar su impertérrita reelección mediante la reforma del articulito 197 de la Carta del 91 __y no llevaba ni dos años de presidente, valga anotar__; o el inicio del fenómeno de los mal denominados “Falsos positivos” con decreto “cazarrecompensas” para tal fin y su infamia de que los jóvenes dados de baja por el ejército “no fueron a recoger café”; o la recordada masacre (de muchas bajo su mandato) de San José de Apartadó; o las chuzadas a sus opositores por parte de su policía política, DAS; o el escándalo del Agro Ingreso Seguro (AIS) que tiene tras las rejas (¿o fugado de a momentos?) a su hijo “probo”, Andrés Felipe Arias; o la casi instauración de su anhelado “Estado de opinión” o, por poco, su segunda reelección declarada inexequible por la Corte Constitucional de entonces.
A lo Samper, “porque todo fue a sus espaldas”, Uribe sigue aferrado a ese poder oscuro que lo ha caracterizado dentro y fuera de su cruenta vida pública poniendo de sucesor a Santos quién terminó reventándole sus tales “tres huevitos de oro”; constituyó un partido político de corte caudillista denominado “Centro Democrático”; después, candidatizó a Zuluaga para presidente y así poder resarcir la traición de Santos __comenzando por los Acuerdos de Paz concretados en La Habana con las FARC__, pero este terminó ganando la reelección; luego, candidatizó a Duque a quien trata como a su títere y ahora pretende otra vez poner a Zuluaga de presidente. ¿O a la “Paloca” Valencia? ¿O a la fascistoide de la Cabal? ¿O a la Paola Holguín? ¿O a su hijo, el mercachifle de tierras, Tomás? ¿O al “bulldog” del Mejía? O a que otra ficha de la corruptela nacional: ¿a la Abudinen o a el encachuchado exalcalde barranquillero, Alex Char?
Este espécimen de frente nacional que se ha fraguado entre Uribe y Uribe y entre este con los suyos que son, ni más ni menos, los clanes políticos más abyectos del país, es una verdadera maldición. ¡Malévolo Uribe! ¡Malévolo “Uribismo”!
Algún día la horrible noche cesará.
Coletilla 1. Partidor presidencial: así va la cosa: Petro, Fajardo, Gaviria, Zuluaga… ¡Y medio “Centro Democrático”!
Coletilla 2. Entre los 5 políticos mencionados en el escándalo del MinTIC que sacó por la puerta de atrás a la “incorruptible” Karen Abudinen, figura Armando Benedetti. Senador: UT Centros Poblados clama, con urgencia, ¡un pacto histórico “¿a favor de la corrupción?”!
Interezante su punto de vista estamls deacuerdo en casi todo
ResponderEliminarPero la gente lo sigue esones lo triste 😭 siguen a un farsante
Lastima que sea mi signo cancer
Sy vida muy triste y vacia