"TITO" GÓMEZ: "¡EL SEÑOR VETERANO DE LA SALSA!"
In memoriam de Humberto Luis Gómez Rivera (Juana
Díaz, Puerto Rico, 9 de abril de 1948 – Cali, Valle del Cauca, Colombia, 12 de
junio de 2007)
Gómez aterrizó en “Niche” en 1986 para, de
inmediato, iniciar sus actividades artísticas con “Me huele a matrimonio”
(Zeida Records), destacado por los títulos “Un caso social” y “Me huele a
matrimonio”, -ambas, de su viva voz-, y el clásico proverbial, “Ese día”,
interpretada por Varela.
También conocido al interior de la industria salsera con los seudónimos
“El camaleón de la salsa”; “El sonero errante”; “El veterano de la salsa”; o,
mejor aún, “¡El señor veterano de la salsa!”, tampoco fue ajeno a su nombre “de
pila”, “Tito” Gómez, el cual, a modo de efigie, aún representa su razón social
y artística respaldada en un gran número de presentaciones tanto en vivo como
televisivas así como también en innumerables créditos musicales consignados en
sus más representativas proyecciones discográficas en calidad de partícipe y
voz líder de varias orquestas, y, sea dicho de paso, en su gran periplo, a modo
de solista, -hasta su repentino fallecimiento (2007)-, con la bendición, desde
luego, de su fiel e infaltable fanaticada que, seguidora de su música y testigo
de su trasegar por la afamada, “La sonora ponceña”, o la magnánima orquesta
colombiana, “Niche”, aún invoca sus más apreciados temas.
Puertorriqueño de “pura cepa” bajo los ritmos nativos de la música salsa
por entre sus venas, -pues si en Valledupar se levanta una piedra y yace el
cantor vallenato y el acordeonero; o en el Brasil, “mil ‘pelés’”; o en la
Argentina, “mil ‘Maradonas’”, o en “Pescaíto”, “mil ‘Valderramas’”-, allá,
entonces, en la geográficamente conocida, “La isla del encanto”, yace el
salsero y las orquestas más representativas con protagonismo, principalmente, en
Colombia (a propósito, segunda patria de Gómez) y Latinoamérica, “El veterano”,
precisamente, inició su carrera con la ya referida, “La sonora ponceña”, aunque
se hallan registros de sus papeles protagónicos en la orquestas de Tito
Valentín y Ray Barreto; en la agrupación, “La amistad”, de Venezuela; en “La
terrífica”; en la mísmisima, “Niche”, -sin lugar a dudas, su época musical más
preciada-, y, hasta corista de Charlie Palmieri y Frankie Ruiz.
Así pues, con la “Ponceña”, fundada en Puerto Rico en 1954 por el músico
“Boricua”, Enrique “Quique” Lucca Caraballo (Yauco, Puerto Rico, 12 de
diciembre de 2012 – Ponce, Puerto Rico, 9 de octubre de 2016), participó, en
conjunto con su coterráneo, el polifacético cantante, Luis Guillermo Texidor
Ortiz, alias, “Luigi Texidor” (Santa Isabel, Puerto Rico, 20 de enero de 1935) de
las producciones musicales prensadas para la época por la antigua, Inca
Records, “Hacheros pa’ un palo” (1968); “¡Fuego en el 23!” (1969-70); “Algo de
locura” (1971) -con la participación en los coros del igualmente famoso
cantante puertorriqueño, Adalberto Santiago, intérprete de la memorable “salsa
rosa”, “La noche más linda del mundo” (Lolita de la Colina)-; “Navidad criolla”
(1971); “Desde Puerto Rico a Nueva York” (1972); “La sonora ponceña” (1973);
“Sabor sureño” (1974); más su aparición, por supuesto, en el resumen
fonográfico publicado en 1975 rotulado: “Lo mejor de ‘La sonora ponceña’”.
De igual manera, participó en la orquesta de su país natal, “La
terrífica”, ideada por el ex trompetista de la “Ponceña”, José Rodríguez, en el
proyecto “Terrífica” publicitado en 1974 por la International Records LTD. Y, como
si fuese un futbolista en pleno furor, fichó por el conjunto dirigido por el
afamado percusionista estadounidense (de origen puertorriqueño), Ray Barretto, “El
rey de las manos duras” (Nueva York, 29 de abril de 1929 - Hackensack, Nueva
Jersey, 17 de febrero de 2006), a efecto de participar de las concreciones y
posteriores lanzamientos, entre 1975 y 1976, de las propuestas “Barretto”
(Fania Records) y “Barretto Live” (Atlantic) al punto de acompañar en la
delantera, es decir, en la voz principal del equipo al ilustrísimo cantautor
panameño, Rubén Blades, “El intelectual de la salsa”.
En 1977 aparece su primera propuesta, en calidad de solista, bajo el
arropo del producto fonográfico “Para gozar Borinquen” (Inca Records) y, entre
1979 a 1982, su aportación al interior del grupo musical dirigido por Tito
Valentín con las propuestas producidas por Nuestra Records, “Tierra, música y
sentimiento” (1979) -en conjunto con el “Grupo Ají Bravo”-, y Brujerías (1982).
Pero, bien como se inscribió con anterioridad, su época musical más
preciada fue al lado del “Grupo Niche”, entre 1986 a 1989, cuya agrupación,
valga rememorar, fue fundada en 1979 por los extraordinarios músicos oriundos
del municipio de Quibdó, capital del departamento del Chocó, Alexis Lozano, y
el ya fallecido, Jairo Varela (8 de agosto de 2012). Y si bien es cierto que fue
con “Al pasito” (Discos Daro, 1979) que “Niche” se “lanzó al ruedo” musical, Gómez
aterrizó en la agrupación en 1986 para, de inmediato, iniciar sus actividades
artísticas con “Me huele a matrimonio” (Zeida Records), destacado por los
títulos “Un caso social” y “Me huele a matrimonio”, -ambas, de su viva voz-, y
el clásico proverbial, “Ese día”, interpretada por Varela.
Y en cuanto a segundas versiones respecta dilucidadas en su voz, se
reescriben los temas “Un caso social” y “Me huele a matrimonio” inmersas en la
propuesta lanzada en ese mismo año titulada “Con cuerdas” (Zeida Records) hasta
con el dueto “Perder para amar” interpretado con Jairo Varela.
También, se traen a colación las memorables “Cali pachanguero”, “Lamento
guajiro”, “Buenaventura y caney” y “Perder para amar” inscritas en el
recopilatorio de 1987 “Historia musical” (Zeida Records).
“Tapando el hueco” (Zeida Records / Codiscos, 1988), agregó a su listado
de canciones las hermosísimas poesías “Nuestro sueño”, “Como podré disimular” y
“Mi Valle del Cauca”, mientras que, en “Me sabe a Perú” (IEMPSA, 1989), se
incluyen la versión en inglés de “Cali pachanguero”, la versión en violines de
“Nuestro sueño” y en el producto musical de 1989 “Sútil y contundente” (Internacional
Records) las canciones insigne “Atrevida”, “Bar y copas” y “Miserable” con las
que Gómez se despide de “Niche”.
Ya, en calidad de solista, publicitó, en 1991, su primera producción de
la mano de su nueva casa discográfica, Musical Productions (MP), rotulada, “Un
nuevo horizonte”, donde aparecieron las composiciones de la autoría de la
cantautora colombiana, Elizabeth “Mimi” Ibarra, “Déjame volver”, y la icónica,
“Déjala”, a dúo con el asimismo fenecido, “Gallo salsero”, “Tito” Rojas, más
las tituladas “Quisiera” (Ramoncito Rodríguez) y la del propio Gómez,
“Falsaria”.
De entrada, convirtiéndose, ya, en naciente icono de la salsa romántica
de los años noventa, se le conoce por ser el cantor de los himnos “Página de
amor” (Luis Lambis) y “En secreto” (Ramón Rodríguez) lanzadas a través del
compacto de 1993 “Agradecimiento”; “No me busques más” (“Mimi” Ibarra) y “Amor
de papel” (L. Lambis) incluidas en el proyecto discográfico “Recogiendo frutos”
(1995); y “Nuestro secreto” (Felix Pasache) y “Volver” (Wilfran Castillo)
insertadas en el proyecto “Volver” (1997) añadiendo a manera de “Bonus track”
para este pequeño recopilatorio salsero en memoria de “¡El señor veterano de la
salsa!” las composiciones de “Mimi” Ibarra “Ganas”, “A Colombia entera” y
“Déjala” (segunda parte) a dúo con “Tito” Rojas.
Antes de su fallecimiento, en el año 2000 estrenó el clásico “¿Quién nos
iba a decir?” (Pedro de Jesús) a dúo, de nuevo, con “Tito” Rojas, y, de ahí en
adelante, el lanzamiento de sus producciones “Las páginas de mi vida” (2001),
“Comenzando en cero” (2004) y los tributos post mortem de 2007 “Tito Gómez – Un
legado musical” (Live in Cali, Colombia) (Codiscos) compuesto por canciones
como “Fue tan fácil” (L. Lambis) y las clásicas de Varela “Nuestro sueño” y
“Como podré disimular” y “Tito Gómez – Alma de cantante errante” (Sony BMG
Latin) con lo mejor de su repertorio musical.
Falleció en Cali un 12 de junio de 2007 y, desde arriba, aún le clama a
Colombia entera: “¡Pero que viva Santa Marta! ¡Cartagena! ¡Y Sincelejo!”. Y, desde
luego, a esa ciudad que lo acogió con los brazos abiertos: “¡Cali, Cali bella!
¡Eh, eh! ¡Cali, Cali bella! ¡Eh, eh!”.
“Tito” Gómez: “¡El señor veterano de la salsa!” (1948-2007)
Nicolás Fernando Ceballos Galvis
Comentarios
Publicar un comentario