EL GRAN MARTÍN ELÍAS
IN MEMORIAM DE MARTÍN ELÍAS DÍAZ ACOSTA, (VALLEDUPAR, CESAR, 18 DE JULIO DE 1990 - SINCELEJO, SUCRE, 14 DE ABRIL DE 2017)
Ostentó sus primerizos espacios musicales al
interior de la prácticamente ignota agrupación, “La familia de Diomedes”, direccionada
por su tío, Elver Augusto Díaz Maestre, participando en las producciones
musicales, “Homenaje al Cacique”, (2002), “Con futuro” (2004), “Avanzado” (2005),
“Para todos” (2006) y “Familiarízate” (2010).
En la “Semana Santa” de 2017, más exactamente acaecida en el mes de
abril de aquel lustro, el para entonces prominente joven cantautor vallenato, Martín
Elías Díaz Acosta (26 años), por infortunio, perdió la vida en un accidente
automovilístico luego de haber consumado en la madrugada del 14 de abril una
loable presentación en el municipio de Coveñas (Sucre), desde luego, bajo el
beneplácito de su infaltable público autoproclamado con contundencia: “¡Martinista!”.
Si, en su orden, la despampanante “Diosa” del vallenato, Patricia
Teherán, (1995); el “Gran cantor”, Jesús Manuel Estrada, (2003); el “Rey de la
nueva ola vallenata”, Kaleth Morales, (2005) y el afamado compositor, Romualdo
Brito, (2020), perdieron la vida por intermedio de los también denominados
siniestros viales, el hijo de Patricia Acosta y “El cacique de la Junta”,
Diomedes Díaz, y hermano de Rafael Santos, Diomedes de Jesús y Luis Ángel, tampoco
estuvo exento de ello a efecto de cerrar sus ojos para siempre. ¿Por qué así? ¿Será,
entonces, que ahora ese será el oscuro destino que les tocará seguir a futuros intérpretes
y compositores vallenatos para que, en la penumbra, se encuentren con el
fantasmagórico esqueleto que representa la legión de la muerte? No lo sabemos,
pero lo cierto, aquí, es que, en definitiva, a todos nos llegará la hora, sean
cuales sean las circunstancias.
Reza el refrán popular: “hijo de tigre, sale pintado”, pues, inclinado
desde jovencito por esa vena musical, máxime si se tiene en la cuenta la
bienquista escuela encabezada por su padre, Diomedes, de la que, valga acotar,
fueron condiscípulos sus apreciados hermanos Rafael Santos; Luis Ángel;
Diomedes de Jesús Santos Acosta, “El chú”; y, a la postre, sus medios hermanos,
Diomedes Dionicio Díaz Aroca y Elder Dayán Díaz Rodríguez, ostenta primerizos
espacios musicales al interior de la prácticamente ignota agrupación, “La
familia de Diomedes”, direccionada por su tío, -el asimismo cantante vallenato,
Elver Augusto Díaz Maestre-, participando en las producciones musicales, “Homenaje
al Cacique”, (2002), de cuyo título, -igualmente musical-, es partícipe de la
reminiscencia dedicada hacia la figura de su padre y en la interpretación del
título, “Amor inocente”, de la autoría de Gabriel Elías “Gaby” Arregocés
Barros.
De igual modo, coexiste registro de su voz en las exégesis de las
canciones “Sólo tú mi Dios” (Dorian Santa) y “Si me quieres yo también” (José
Trinidad Izquierdo), contenidas en el proyecto discográfico de 2004 “Con
futuro”; “En corraleja” (Pedro Miguel Salcedo Martínez – E. Díaz) y “Muchacha
bonita” (José “El canario” Pertúz), halladas en “Avanzado” (2005); “Mi mujer y
yo” (Crescencio Salcedo Monroy – Emiro Zuleta – E. Díaz) del álbum de 2006
“Para todos” y los temas aparecidos en el listado de canciones de
“Familiarízate” (2010) “Con las manos en la masa” / “El chicharrón” (Omar
Geles), “Algo es algo” (Carlos “Chiche” Ustariz) y “Dura despedida” (Edison Múnive).
Aunque se esboza que sus “pinitos” para despuntar en solitario iniciaron
en compañía de Fernando Isaac “El chino” Rangel (“Rey vallenato”, 2012) al
interior del 38º. Festival de la Leyenda Vallenata (2006) en cuya edición el
acordeonero bogotano, Alberto “Beto” Jamaica, se coronó “Rey vallenato”, fue al
lado de Rolando Ochoa que inició a plenitud su carrera artística con el
lanzamiento, en 2007, de su primer álbum de estudio, “Una nueva historia”
(Discos Fuentes); y, de ahí en adelante, la presentación al público vallenato de
tres proyectos de estudio adicionales, a saber: “Marcando la diferencia” (Codiscos,
2008), “Cosa de locos” (Rastafari Music, 2009) con los “carnavalitos” a cuestas
“La mini mini” (D. en R.) y “La pega pega” (“Alejo” Durán) y “El terremoto
musical” (Codiscos, 2011), sobresaliendo, aparte del título del trabajo musical,
escrito por Ochoa, varios temas titulados “Mi amor ideal” (Alberto “Tico”
Mercado); “El complemento de mi vida” (Omar Geles); “Punto final” (Sergio Luis
Rodríguez); “La gota” (E. Múnive); “Dueña de mi vida” (Wilfran Castillo) más el
éxito vallenato de la época, a nivel nacional, “Ábrete” (R. Ochoa).
Y, si de homenajes en vida se trata, se rescata el álbum “Homenaje a los
grandes del vallenato” (Codiscos, 2011), donde Martín Elías interpreta con
tesón los clásicos de Farid Ortiz, “El rey de los pueblos”, “La cama sola”
(Dagoberto Osorio) y “Dilo” (F. Ortiz); de “El jilguero de América”, o, “El
ruiseñor del Cesar”, Jorge Oñate, “Tu que tienes que me vuelves loco” (“Kike”
Araújo) y “Orgulloso de ti” (Luis Durán); de Rafael Orozco y “El Binomio de
Oro” “Amor, amor” (Israel Romero) y “Cualquier momento es preciso para amar”
(Iván Ovalle); de “Poncho Zuleta” “Más romántico que nunca” (Dr. Hernán Urbina
Joiro) y “No tardes tanto” (W. Castillo); de Iván Villazón, “La voz tenor del
valleanto”, “De par en par” (Armando Arrendondo) y “Noticias (Efraín Barliza);
la de Jesús Manuel y “Los diablitos”, “Ya tengo quien me quiera” (Omar Geles);
la de Fabián Corrales, “Se va la reina” (F. Corrales); la de “Beto” Zabaleta “Porque
tengo que ser yo” (Poncho Cotes Jr.) y, para cerrar con broche de oro tan
apreciable repertorio, por supuesto, con las composiciones de su padre “Buenas
tardes” y “La chinita” más el mote musical “Necesito tu amor” (Jorge Valbuena).
En 2012, aparece “El boom del momento” (Codiscos), esta vez, haciendo
dupla con su nuevo compañero de fórmula en el acordéón: Juan Mario “Juancho” de
la Espriella; quien, en 2003, valga recordar, acompañó a Diomedes en el
acordeón a efecto de consolidar el álbum “Pidiendo vía” (Sony Colombia). Empero,
la canción “El boom del momento” (R. Ochoa) trascendió más que fronteras al
igual que “Vas a llorar” (Iván Calderón) y “Por tí” (R. Ochoa). Cabe mencionar
que, en 2014, se hizo efectiva la presentación de “La historia continua”
(Codiscos), donde se inscribe la poética, “10 razones para amarte”, (J.
Valbuena), y la “mundialista”, “Yo soy mundial”, (D. Díaz), -originalmente
interpretada por su padre en 1994-.
Antes de dilucidar su reencuentro con Rolando Ochoa, destáquese dos
aspectos fundamentales surgidos en 2015: su participación tanto en la edición
especial de la serie musical “La combinación vallenata”, (Vol. 8), - producida
por Codiscos-, en las pistas “El chelele” (R. Ochoa), a dúo con Andrés Ariza
Villazón, y “Los cambamberos” (Edgar Alfredo Zabaleta) y “Confesión” (R.
Ochoa), ambas, a dúo con “Peter” Manjarrés, como en el sentido homenaje que, en
conjunto con su hermano, Rafael Santos, realizaron hacia su fenecido padre a
través del compacto “post mortem”, “Entre Díaz y canciones”, (Sony
Colombia), trayendo a colación su interpretación de las tonadas, propiedad de
su padre, “La muchachita”, “El hijo agradecido”, “Cuatro paredes” y los
mosaicos -grabados al lado de su padre-, “Mosaico Calixto”, en especial, la
sentida, “El poema”, (Calixto Ochoa), y el mosaico en honor a Freddy Molina y
sus composiciones de antaño tituladas “Los novios” y “Amor sensible”.
Ya, en la segunda era con Ochoa, publicitan el álbum de estudio,
“Imparables”, (Sony Colombia, 2015), bajo los temas por excelencia “El látigo”
(R. Ochoa), “Mi ex” (O. Geles), “Cancelada de mi vida” (R. Ochoa) y “Loco por
tu amor” (S. Rodríguez), con un ingrediente adicional, surgido en 2016, a modo
de segunda parte, contentivo a un nuevo homenaje a los grandes del vallenato,
producido por la disquera Codiscos.
Para la ocasión, rememora los clásicos de “Beto” Zabaleta “A mi no me
importa” (F. Corrales) y “Lluvia de mujeres” (Franklin Moya); de Iván Villazón
“Acabaste con mi vida” (Juan Humberto “Juancho” Rois) y “Déjame si puedes”
(Franco Argüelles); de Rafael Orozco y “El Binomio de Oro” “Un poquito más” y “A
ritmo de cha cun cha”, (ambas, de la autoría de I. Romero); de Farid Ortiz “El
acoso” (F. Ortiz) y “Mi debilidad” (Alexander Oñate); de Jorge Oñate “Maluquito
pero sabroso” (Romualdo Brito) y “Una aventura más” (Luis Egurrola); de
“Poncho” Zuleta “Aquí murió un amor” (Gustavo Gutiérrez Cabello) y “Mi par de
polluelos” (Juan Segundo Lagos); de Robinson Damián y “Los embajadores
vallenatos” “Se le moja la canoa” (Álvaro y Guadys Carrasco); de Jesús Manuel y
“Los diablitos” “Lo que quiero eres tú” (O. Geles) y las de Diomedes, sin lugar
a dudas, infaltables, “El besito”, “Brindo con el alma” y el “Mosaico
‘Cacique’” acompasado con “Martín enguayabado” (Roque Saballet), “Vida sabrosa”
(C. Ochoa) y “Muerto borrachón” (Miguel Beltrán Estrada).
En el momento cumbre de su carrera, Martín Elías partió a la eternidad
para estar al lado de su padre. Sin límites. Tal como se tituló el proyecto
musical en su honor, claro, lanzado unos meses después de su fallecimiento
donde reposan las bellas melodías románticas “Labios negros” (Alfredo “Fello”
Zabaleta); “Bendito corazón” (R. Ochoa); “Al fin llegaste tú” (Diego Daza); “Si
te me vas” (“Tico” Mercado); más las “moviditas” “La eléctrica” (O. Geles) y
“Báilame” (R. Ochoa).
Con seguridad, mientras Diomedes se halla sentado en una banca ubicada en
lo más sublime del nirvana, vislumbra a su hijo, Martín Elías, quien le dedica,
con ahínco, “El hijo agradecido”.
NICOLÁS FERNANDO CEBALLOS GALVIS
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