SAMUEL MORENO: UNA VIDA VERDADERAMENTE PERDIDA

Perteneció a las filas de un reverdecido Polo Democrático de antaño bajo el liderazgo, en primera instancia, del finado, pero siempre honorable, Carlos Gaviria; y, en segunda instancia, con el actual presidente, Gustavo Petro, y, el “separatista”, Jorge Robledo, al interior del parlamento.

 

“Independiente” y, luego, “Alternativo”, era el partido de oposición por excelencia del inexorable régimen comandado, en su momento, por el ahora prácticamente “inmolado” __¡vaya desfachatez!__, Álvaro Uribe, aunque la campante corrupción que, bajo el patrocinio del mismísimo Moreno, en contubernio con su hermano, Iván, enlutaron no sólo a su alcaldía sino a su propia colectividad política para, finalmente, terminar sepultando una ideología de izquierda social o democrática (si a bien se tienen los términos) que pregonaba ese Polo de antaño, quizá derretido, con la presencia, incluso, de otros tantos como el reconocido “Decano” del derecho, Germán Navas; el también cuestionado “hombre del sombrero”, Wilson Borja; el aplicado, Luis Carlos Avellaneda; el ex alcalde, “Lucho” Garzón, (antecesor de Moreno); o, los actuales congresistas, __bajo la bendición de la actual coalición gobiernista Pacto Histórico (PH) – Colombia Humana (CH)__, Clara López (ex secretaria de Gobierno de Moreno); Iván Cepeda; Alexander López; y, Wilson Arias.

 

A manera de “píldora para la memoria”, lo risible de este acantilado revés para Iván y “Samy” (como lo llamaba su madre, la “capitana” política, María Eugenia Rojas de Moreno), fue uno de los grandilocuentes destapes que, como ha sido su costumbre, a lo largo de su carrera política, evidenció, en su momento, el entonces senador Petro contra los hermanos Moreno en lo que se ha venido denominando como el “Carrusel de la Contratación” en Bogotá; es decir: un miembro del Polo, compañero de los hermanos, ya mencionados, fue el primero en denunciar un entramado de corrupción tan áspero que, desbalanceando, de entrada, la credibilidad del partido ante la opinión pública, sin temor a equivocarme la corruptiva multinacional, “Odebrecht”, __donde también aparecen sus nombres en calidades de “sobornados”__, “queda en pañales” para semejante escándalo de proporciones estentóreas que, prácticamente, se tumbó el erario capitalino.

 

El denominado de vieja data, “presidenciable” Moreno, surgido de las prestigiosas bases académicas de la Universidad del Rosario al hacerse con el título de licenciado en Derecho y Economía, tuvo la enorme oportunidad de seguir forjando su discurrir político a su arribo al Palacio Liévano hasta que se le abrieron las agallas de un modo expresamente ramplón al punto de diluir, de tajo, su preparación académica para convertirse en “abogado del diablo”.

 

Discurrir político, por qué no prominente, dado su crecimiento personal al interior de las fervientes venas de la vieja Alianza Nacional Popular (ANAPO) cuya fundación, al mando de su madre, instó al pueblo colombiano a resucitar la imagen y semejanza de su abuelo, el históricamente considerado dictador – general en el periodo 1953-57, Gustavo Rojas Pinilla, para que éste se hiciese nuevamente con la primera magistratura de la nación en 1970; lustro en el que, sorpresivamente, terminó saliendo victorioso el padre del “Leviatán” Pastrana, don Misael, y, a la postre, surgiera el grupo guerrillero del que hizo parte Petro en su juventud, Movimiento 19 de Abril – M19, con el desparecido Jaime Bateman Cayón a la cabeza.

 

Posiblemente, destacó en sus 4 periodos senatoriales, desde 1990, hasta su decisión irrestricta, en 2007, de postular su nombre a la alcaldía de Bogotá donde, reitero, sus maleantes agallas lo hicieron estrellar estrepitosamente contra los muros de la infamia al punto de perder su libertad y su vida a modo de “infarto en la soledad”.

 

Ni las pocas temáticas sociales que se alcanzaron a vislumbrar en su impertérrita administración fueron pretexto para salvarlo del vaivén de la “danza de los millones”, mal habidos, pues, antes del escándalo que terminó mudándolo a una escuela militar a efecto de que cumpliese su penosa condena, hasta el padre, Diego Jaramillo, actualmente bajo la dirección del Minuto de Dios, terminó criticándolo fuertemente por aquello de la compra de unos inservibles globos de los cuales seguramente terminó sacando una muy “buena tajada”.

 

Algunas remodelaciones de colegios públicos como el IED Palermo, en Teusaquillo; la entrega de otros centros educativos propuestos durante su mandato más la planificación de un hasta ahora fantasmagórico metro y las adecuaciones que varios residentes del sector tuvimos oportunidad de presenciar al estadio “El Campin” para el Mundial Sub-20 del año 2011, son un somero recuerdo personal de un gobierno local, en todo su esplendor, fallido.

 

Su deceso produjo reacciones en varios sectores, sobre todo en el plano político, al punto que el propio presidente Petro se pronunció al respecto al mencionar a través de su otro poder ejecutivo, pero digital, “Twitter”, el siguiente trino: “Me entristece la muerte de Samuel Moreno. Una vida verdaderamente perdida. Una enseñanza a las izquierdas sobre los caminos que jamás debe emprender una alternativa política”.

 

A diferencia del “pésame” expresado por el presidente, puede citarse en alusión a un pedazo de la estrofa de la clásica, “Amor y Control”, de Rubén Blades: “aunque tú seas un ladrón y aunque no tienes razón, yo tengo la obligación de socorrerte”. Bueno, yo no; ni Petro; ni menos su hermano hoy, privado de su libertad. En cambio, doña María Eugenia, sí: quizá, lo socorrió hasta su muerte.

 

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COLETILLA. PRESIDENTE, A TODAS ÉSTAS, ¿A CUÁLES IZQUIERDAS LE HABLA? ¿A LA SUYA DE LA QUE, INEXPLICABLEMENTE, HA QUERIDO DESPRENDERSE DEL TODO, A PESAR QUE CONTINÚA SIENDO SU VERTIENTE POLÍTICA, SIN LUGAR A DUDAS? EMPERO, ALGÚN DÍA TENDRÁ QUE ENTREGAR SUS EXPLICACIONES SOBRE TAL APARTADO.

 

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NICOLÁS FERNANDO CEBALLOS GALVIS

11 ABRIL 2023 

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