DEFINITIVAMENTE, RAFAEL SANTOS DÍAZ, ES LA COPIA AUTÉNTICA DE DIOMEDES

Para otros, quizá no: unos dirán que lo es el fenecido, Martín Elías, y, otros, dirán que lo es Diomedes Dionicio.

 

Lo cierto aquí es que, al interior del gremio vallenato, se puede abrir, a modo de “ventana marroncita”, un nuevo debate musical sobre cuál de los hijos “cantantes” de Diomedes es su copia auténtica (o sucesor) así como está por resolverse esos intríngulis de si Rafael Orozco fue mejor que Diomedes (o viceversa) o cuál de los siguientes tres cantores de la “vieja guardia” y con mayor proyección en la música vallenata es el mejor intérprete de todos los tiempos: ¿Diomedes? ¿“Poncho” Zuleta? ¿o Jorge Oñate?

 

El dado caso es que, Rafael Santos Díaz Acosta, __nacido en Valledupar, Cesar, un 24 de octubre de 1979__, es la misma “pinta” del papá: en el porte, primero, y, a decir verdad, en la voz: lo que hizo que, desde sus inicios musicales, se convirtiera en el de mayor reconocimiento sin tapar con el dedo índice __sea de la mano izquierda o de la mano derecha__ la naciente competencia que para entonces (fines de los años noventa) libraba con Diomedes Dionicio y, además, teniéndose en cuenta que sus recorridos por aquellos estudios de grabación de la Sony Colombia concuerdan con el lanzamiento del bellísimo pasaje “Volver a vivir” (1998): de facto, título del exitoso álbum de la época (obra de su progenitor) junto al acordeonero, oriundo de Urumita, Iván Zuleta, a la sazón, Rey Vallenato (2025) en interpretación de los aires de Emiliano Zuleta Baquero “El gallo viejo” (paseo) y “La Pule” (merengue), el son de Antonio María Llerena, “María Jesús”, la puya, “Yo sí les tapo la boca”, y quien, unos años más tarde, sería compañero de fórmula del también conocido con el mote de “El turpial”.

 

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Eran los tiempos en que un muchacho de escasos 18 años llamado Rafael (no Orozco, en cambio, Santos Díaz sí), sentenció su futuro porque es que “hijo de tigre, sale pintado”: ¡ser cantante como su papá! Y lo logró.

 

Fue así que, hace 27 años, salió a la luz su primera propuesta musical, “Para la historia”, que acompañada con las notas de acordeón del “Rey de Reyes” (1992 / 2017) Álvaro “Alvarito” López, trae consigo la clásica, “Los campanales”, propiedad del primer Rey Vallenato (1968), “Alejo” Durán, y unida a esta, el vallenato principal, escrito por su padre, “El turpial”, con la adición de las recordables “Buscaré quien me quiera” (Felipe “Pipe” Peláez) / “Si no me dices nada” (Fabián Corrales) / “Los tiempos cambian” (“Poncho” Z.) / “Quiero volver” (Luis “Luiso” Egurrola) / “Tengo el alma enloquecida” (José Alfonso “Chiche” Maestre) y las esenciales “Para la historia” (Hernán Urbina) y la de su plena autoría en dedicatoria a su madre, Patricia Acosta, bajo el título, “Mi razón de ser”.

 

Pero si el anterior cancionero quedará para la historia, con su segundo proyecto de estudio, “Llegar a tu corazón” (1999), terminó de sellar el primer capítulo de su para entonces “cortita” historia musical si se tiene en cuenta el nacimiento de diversos vallenatos románticos de la talla de “Ando buscando” (Wilfran Castillo) / “Dile que te cuide” (“Pipe” P.) / “Y me dejó” (“Chiche” M.) y “Enamorado” (H. Urbina).

 

Inclusive, “Llegar a tu corazón” (de la mano con la propuesta de su padre, “Experiencias vividas”, asimismo del 99) contiene no solo las composiciones de Rafael Santos (por demás, título del álbum) y Diomedes (rotulada “Pecado original”) sino las clásicas “La mujer y la primavera” de “Alejo” Durán / “Quédate conmigo” de Calixto Ochoa / “Vengo de fiesta” de Pedro Pablo Peña y la ganadora en el concurso “Canción inédita” (1972) del Festival de la Leyenda Vallenata, “Recordando mi niñez”, que, de la autoría de Camilo Namen Rapalino, Jorge Oñate y “Los Hermanos López” la agregaron al acetato que conforma el cancionero de la propuesta de antaño, “Reyes Vallenatos”, publicitada en ese mismo año 72 por la otrora CBS.

 

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Pese a que “Con mucho amor” (Sony Colombia, 2000) inició un nuevo periplo musical, con este, pues, terminó la unión que, desde 1998, sellaron con “Alvarito” López, aunque dejando “para la historia” (en uso del título del trabajo discográfico que lo lanzó al estrellato) las aún identificables canciones, en un primer momento, su composición “Mi corazón es tuyo”, y ya, en una segunda instancia, las tituladas “16 de julio” (Diomedes) / “Bendito amor” (“Luiso” E.) / “Cómo entenderte” (F. Corrales) / “Lo más lindo” (Omar Geles Suárez) / “Noche de parranda” (Armando Morelly) / “Te prometo cambiar” (Jorge Valbuena) / “Amor solitario” (“Chiche” M.) y “Mosaico” compuesto por los temas “La rumba” (Jaime Fontalvo), “La manzana” (Eliseo Herrera Junco) y “La ronchita” de José “Cheito” Velásquez.

 

Y así, después acompañado por Iván Zuleta en calidad de ejecutante del instrumento de fuelle, continuó su trasegar artístico por la presente centuria en lanzamiento de las propuestas “Lo mejor de mis años” (2002) y “Te regalo todo” (2004).

Por ejemplo, en el disco de 2002 (que concuerda con el lanzamiento de otro de los tantos discos de su padre denominado “Gracias a Dios”) sobresalen los temas “No tengo tus besos” (W. Castillo) / “Locamente enamorado” (Walber Orozco) / “Lo mejor de mis años” (Alejandro Sarmiento) y “Al filo de un adiós” (Alberto “Tico” Mercado) mientras que en el musical “Te regalo todo” se puede apreciar la melodía estelar “Es imposible” (O. Geles), un puñado de canciones románticas entre las que sobresalen “No es tan fácil” (Leonardo Fabio Gómez), “Te regalo todo” (W. Castillo) y “Volverás” (A. Sarmiento) y otra estelar como lo es un “Millón de días” que, propiedad de Diomedes, con ahínco, Rafael Santos dicta en su inicio: “…¡ay, mi papá, que lo quiero con el alma y pronto cantaremos juntos!...” (tal como tiempo después sucedería la consumación de dicho dueto).

 

Pero si en 2003 participó en el compilatorio en honor al “Rey de Reyes” (1969 / 1987), Nicolás “Colacho” Mendoza, denominado “El Gran Colacho Mendoza – Rey de Reyes (Homenaje)” en la interpretación del título, obra de Diomedes, “No me olvides”, y, en 2005, en el proyecto discográfico de “Pipe” Peláez, “Entre amigos”, cantando con el anfitrión del disco lanzado hace ya 20 años la memorable, “Buscaré quien me quiera”, fue junto a Gabriel “El Chiche” Maestre que presentó a su infaltable público vallenato la propuesta fonográfica de 2006, “…Un viva la vida!!” que no solo trae consigo su composición “Tú y tus jeans” y la de su padre, “Viva la vida”, sino, a la postre, otras de notable recordación tales como “Por los besos de otros labios” (“Tico” M.) / “No tengas miedo” (Marciano Martínez) / “Acéptame mi amor” (Josué Rodríguez) / “Ámame”, escrita por el fallecido, Kaleth, “El Rey de la Nueva Ola del Vallenato”, y el hit de aquel momento, “Los novios chéveres”, de la autoría de Yeiner López.

 

Y no se hizo esperar de a mucho el “…¡ay, mi papá, que lo quiero con el alma y pronto cantaremos juntos!...” luego que después de presentada el “…Un viva la vida!!”, llegaría, por allá en los albores del lustro 2009, el “Celebremos juntos” (Sony) de su padre, “El Cacique de La Junta”, en reunión de los más grandes éxitos de este y en donde aparece, a modo de dueto, la insigne, “Mi muchacho” (Diomedes) y “El legado” cantada en solitario por su autor, Rafael Santos.

 

Además, tuvieron la grata oportunidad de interpretar las canciones “Amarte más no pude” (M. Martínez) e “Ilusiones” (“Luiso” E.), agregadas a “Celebremos juntos Vol. 2” (Sony, 2010); y si de homenajes en vida se trata, el compilado con el que el mismísimo, Rafael Santos, exaltó la obra musical de su padre bajo la realización del disco especial “Rafael Santos le canta a su papá – El legado” junto al acordeón de Carlos Karlo y que, producido por la discográfica EMI, en 2010, contiene los clásicos vallenatos escritos y cantados por Diomedes “Ay morena” / “Sin ti” / “Mis mejores días” / “Lo más sabroso” / “Mi muchacho” / “El alma en un acordeón” / “Cariñito de mi vida” / “Bonita” y “El chanchullito” sin soslayar “El legado” (R. Santos) y “Los recuerdos de ella” de Elver Díaz.

 

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Los últimos tiempos han estado cargados de sólo música para Rafael Santos: aparte de la realización del álbum de 2012 “De home run” / “Dando Palo!” (Costeño / Codiscos) con la compañía de Franco Argüelles en el acordeón, se destaca su participación en el post mortem de 2015, “Entre Díaz y canciones” (Sony) que, en honor a su padre (y realizado con su fenecido hermano, Martín Elías), se tiene registro de los cánticos emanados de las voces de Rafael y Diomedes en lo que respecta a la segunda parte del “Mosaico Calixto” rotulada “El profesor”; “Tiempos de cometa” (Freddy Molina); “Festival Vallenato” (Luis Francisco Mendoza) y “Perro” (D. Díaz); y, unido a las anteriores, sus interpretaciones en solitario en lo que tiene que ver con las composiciones de Diomedes “La virgen del Valle”; “La vida es una ruleta”; “El pobre” y “Una de mis canciones” junto a la voz de Martín Elías con quien, sea dicho de paso, tuvo la grata oportunidad de interpretar la icónica, “Mi muchacho”, para el álbum “Imparables” (En vivo) de 2016.

 

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Que la vida continúe permitiéndole a Rafael Santos seguir a ultranza con el legado de su papá ya que este bien le dijo hace marras: “…Porque en la vida hay cosas del alma / que valen mucho más que el dinero / por eso Rafael Santos yo quiero / dejarte dicho en esta canción / que si te inspira ser zapatero / solo quiero que seas el mejor / porque de nada sirve el doctor / si es el ejemplo malo del pueblo / ¡y el ejemplo mío es mi viejo! / ¡y el ejemplo tuyo yo soy!...”.

 

(Bueno: más bien dejémoslo en un “…que si te inspira ser cantante / solo quiero que seas el mejor…”. Y, sin temor a equivocaciones, “El turpial” o el muchacho, Rafael Santos, ha venido haciendo la tarea. ¡Y de qué manera!).

 

Nicolás Fernando Ceballos Galvis 

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