ÁLVARO LEYVA HA "RESUCITADO" EL GÉNERO EPISTOLAR EN COLOMBIA
Eso
de que la Real Academia Española - RAE conceptúe sobre el género epistolar como
la escritura en forma de cartas o epístolas (reales o ficticias) y cuyo
objetivo puede variar desde la comunicación personal hasta la expresión
literaria, es lo que en estos últimos tres meses ha “sacado a flote” el ahora “académico
de número” de la ya citada institución cultural luego de verse en la penosa
obligación de tener que dimitir a su cargo de canciller (¿de la paz?) del “Gobierno
del Cambio” por aquello del eterno lío de los pasaportes que, incluso, por “…violar
los principios de la contratación estatal al declarar desierta la licitación
pública para la emisión de los mismos…” (ver nota), le costó una sanción con
destitución e inhabilidad general a cuestas por 10 años interpuesta para la
fecha de los hechos por la procuraduría que
maniobraba a su antojo la impertérrita ultra uribista, Margarita Cabello
Blanco, que, a decir verdad, no es que tenga del todo blanco su cabello.
A
la fecha, desde su salida por la puerta de atrás del Palacio de San Carlos, el
ya rotulado, “conspiretas” Leyva, se ha encargado con saña, injuria y calumnia
incluidas de, —ojo, sin una sola prueba—, “develar” dizque “los secretos más
íntimos del presidente” bajo la égida de una misteriosa y desempolvada “prudente
ocultación de la verdad” que, tomando como propia para lanzar sus
desatinos, trajo a colación en la primera carta de tres en total (dos de ellas
radicadas de manera presencial ante Presidencia y una más posteada a través de
su red social electrónica "X") con la novedad de que sus
catilinarias pasaron de ser simples comunicaciones personales con una que otra
respuesta por parte de Petro al referirse a este como un “viejo loco y decrépito” a una máxima expresión
literaria al punto de que en las últimas horas se ha armado en el país todo un
novelón político por cuenta, primero, de, sin lugar a dudas, sus cuasi
apócrifos textos proferidos de su propio teclado, y, segundo, por la revelación
de que, supuestamente, con la complicidad de la ultra derecha norteamericana,
estaría fraguando a modo de “hombre tempestad” como se le conocía de otrora al
malévolo caudillo conservador, Laureano Gómez, su más fiel referente, una
intentona de golpe de Estado para derrocar al presidente de la república. (Así
como pretendió ejecutar una conspiración contra el entonces presidente Samper
que, en palabras de este: “...tratando de fraguar una siniestra alianza entre:
las FARC, el paramilitar Carlos Castaño, el esmeraldero Víctor Carranza,
algunos militares, la ingenua bendición de tres expresidentes, algunos
prelados de la iglesia y un vicepresidente...”). (Ver tweet).
Tanta
insistencia de dirigirse por escrito y en tan convulsos terminachos hacia quien
hasta hace poco fue su jefe directo, “no fue de gratis” ni mucho menos para “ponerse
a la altura” de, —válgase las referencias para la presente ocasión—, los
novelistas epistolares Samuel Richardson; Choderlos de Laclos; Bram Stoker;
José Cadalso; Johann Wolfgang von Goethe; Stephen Chbosky o Daniel Glattauer.
Simple y, llanamente, porque, en patrocinio del golpe que hoy se le endilga,
aunque ya lo negó con desparpajo porque le parece “ridícula” la acusación (ver nota), todo parece indicar que a
partir de los contenidos de sus textos se incuba, pues, la “prueba reina” para “sacar
a ese tipo del poder” bien como se puede interpretar al escuchar uno de los
audios que han salido a la luz pública. (Ver tweet).
Pero
si lo que pretende con su ejercicio epistolar es llevarlo a la realidad
mediante la creación de una novela corta digna de ser postulada, por ejemplo,
ante el seno del jurado calificador del Premio Alfaguara, bien puede hacerlo
porque si el sub iudice ex presidente Uribe quizá aún le diga al oído a
su también sub iudice “abogánster” Cadena: “...proceda doctor Diego que
usted 'hace las cosas bien hechas'...”, entonces aquí cabe sin reparos un “proceda
doctor Álvaro (Leyva) que usted 'hace las cosas bien hechas'”.
Es
que no tendría problema en usar uno de sus tres breves capítulos (o cartas) (ver
tweet) para
estructurar su obra “cumbre” que perfectamente podrá titular “Biografía No
Autorizada de Gustavo Petro” en la que aparte de traer a colación esa “prudente
ocultación de la verdad” que tomó de los cánones filosóficos y religiosos
de sus supuestos “adalides morales”, San Agustín de Hipona y Santo Tomás de
Aquino, subsiguiente registre en líneas posteriores (cito textualmente):
—“...Yo
en ningún momento le fallé Presidente. Me jugué entero por usted y la causa. Ni
un solo reclamo me puede hacer...”.
—“...Cuando
iba a buscarlo la señora Sarabia conocida de autos me hacía esperar por horas
con la excusa de que usted eventualmente me recibiría. Tantas veces ocurrió lo
mismo que finalmente comprendí que ella era dueña de su tiempo, de algunos
quehaceres suyos y que, además, le satisfacía algunas necesidades personales...”.
—“...De
mi entrevista con Benedetti concluí que se trataba de un enfermo. Sigue igual
señor Presidente...”.
—“...Usted
no ha logrado escapar de la personalísima trampa que lo destruye siempre más...”.
—“...Usted
se desapareció dos días en París durante una visita oficial...”.
—“...Fue
en París donde pude confirmar que usted tenía el problema de la drogadicción...”.
—“...Su
recuperación lastimosamente no ha tenido lugar...”.
—“...Sus
desapariciones, llegadas tarde, inaceptables incumplimientos, viajes carentes
de sentido, frases incoherentes, cuestionadas compañías según algunos y otros
descuidos suyos se han registrado y se siguen registrando señor Presidente...”.
—“...Bien
se sabe que ha caído usted en muy frecuentes tiempos de soledad, ansiedad,
depresión y otras manifestaciones de difícil superación, algunas de alto riesgo...”.
Y
para concluir este primer boroló puede inscribir sin problemas un (cito
textualmente):
—“...Señor
Presidente Petro, usted está enfermo...”.
—“...Dado
lo que le ocurre, es una tragedia humana en cabeza suya; por ende en cabeza del
Jefe de Estado. Sin duda, trátese de una situación infausta, desgraciada,
desventurada, que nos está conduciendo a una tragedia nacional...”.
—“...Reconozca
Presidente que esas desapariciones, extravíos, y conductas insólitas son
propias de una enfermiza condición...”.
—“...Presidente
Gustavo Petro Urrego: Llegó la hora de revisar su permanencia en la
Presidencia de la República...”. (Cursiva, negrita y subrayado
fuera del texto original).
De
seguro, si lo anteriormente expuesto tiene un tufillo de “bet seller”, no
cabe menor duda que los siguientes títulos editoriales (futuros y en supuesto,
obvio, para animar en algo el ambiente) también lo sean, eso sí, acompañados de
su único libro verdadero “La guerra vende más - Operación Margarita” con
el que respaldó su fallida candidatura a la presidencia por allá en 1989.
Veamos:
—“Tácticas
para fraguar un golpe de Estado en tan solo 72 horas”. Por: Álvaro Leyva
Durán, “el Canciller de la Guerra”.
—“¡Pero
las voy a acusar!: Laura Sarabia y Marelbys Meza, las "Popis" del
'Gobierno del Cambio'”. Por: Álvaro Leyva Durán, “el Mensajero de Guerra”.
—“Záfese
de las acusaciones en 1, 2 x 3 al ritmo de ¡Songo le dio a Borondongo -
Borondongo le dio a Bernabé - Bernabé le pegó a Fuchilanga, le echó a
Burundanga, les hinchan los pies!”. Por: Álvaro Leyva Durán, “el ‘Conspiretas’
del Siglo”.
O
que de una vez por todas se lance de columnista y muestre sus dotes en la
materia desde PanoramaCultural.com.co en una tribuna que con “lujo de
detalles” puede titular “Carta Vallenata” en honor a Consuelo Araujo
Noguera. (Es que el hombre resultó ser un fantástico redactor mejor que “Gabo”
y “la Cacica”).
Y
hablando de carta (¿"Vallenata"?), no demora en tronar el “doctor ‘Lenguaraz’”
con una nueva, a manera de colofón, en la que nos “revelará” los detalles “más
secretos” del viaje que efectuó el presidente a Ecuador y su posterior estadía
en la ciudad de Manta.
Es
que, a decir verdad, mientras no se construya un relato (hasta con el auspicio
de los medios de comunicación social que desde la izquierda denominan “corporativos”)
en el sentido de que Gustavo Petro “está detrás” del atentado sicarial del que
fue víctima en Bogotá el senador y precandidato presidencial por el uribista, “Centro
Democrático” (CD), Miguel Uribe Turbay, no van a quedar contentos.
“Ridículo”,
pero es la mera realidad.
Nicolás
Fernando Ceballos Galvis
9 julio, 2025
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