"EL JOE", ¡LA LEYENDA!
In memoriam de Álvaro José Arroyo
González, “El Joe”, (Cartagena de Indias, Bolívar, Colombia, 1 de noviembre,
1955 – Barranquilla, Atlántico, Colombia, 26 de julio, 2011).
***
Nota preliminar:
En paréntesis, álbumes, discográficas,
compositores y lustros.
***
En una tienda cercana al estadio “El
Campin” recibí la noticia del fallecimiento del afamado “El Joe, La Leyenda”
tal como el título de la bionovela en su honor que justo en el año de su deceso
transmitía el canal privado de televisión RCN. Posteriormente, para digerir tan
irreparable pérdida para la música salsera y tropical no solo en el ámbito
colombiano sino latino y, sin temor a equivocarme, mundial, en conjunto con un
vecino del edificio donde vivíamos __de igual modo, en inmediaciones
del sector del estadio__, departimos unos inolvidables tragos que
comenzamos amenizando con la clásica “Mary”, “Mi Mary, tú te
acuerdas de aquel día”, como reza su célebre coro. Y luego con
“Noche de arreboles”. Y luego con “En Barranquilla me quedo”. Y luego llegaron
mis padres y mi hermana al lugar y no me pregunten si hubo fiesta o “Ron pa’
todo el mundo” como el recordable título, a manera de dueto, entre “El Joe” y
“El cacique de La Junta”, Diomedes Díaz, pero que lo despedimos por lo grande,
lo despedimos por lo grande al “Centurión de la Noche”. Y si hubo fiesta, con
justa razón, pues su fastuosa música hasta “levanta muertos”.
Como reza el refrán: “para muestra, un
botón”, pues, la inventiva del gran cartagenero, Álvaro José Arroyo González,
de fusionar la salsa con ritmos propios del caribe bajo el denominativo
“Joesón” con fantástico resultado desde su inauguración hasta nuestros días fue,
sin duda, la evolución de una salsa colombiana que distó un poco de los sonidos
convencionales que agrupaciones de la talla de “Niche”, “Guayacán” o “La Misma
Gente” evocaban a través de sus afamadas melodías.
Así pues, un sinfín de orquestas
salseras y tropicales tuvieron el privilegio de contar en sus respectivos
escenarios con el talento nato del también cantautor, Arroyo, principalmente las
insignias en todo su esplendor de la “revolucionaria” salsa colombiana magnamente
fundadas y dirigidas por el maestro, Julio Ernesto Estrada, “Fruko y Sus Tesos”
(desde 1973 hasta 1978) en compañía de Wilson Saoco y “Piper” Pimienta y “The
Latin Brothers” (desde 1976 hasta 1981) en conjunto con John Jairo Murillo,
Víctor Meléndez y Víctor Salamanca. Inclusive, destacándose en calidad de
solista bajo la égida de su orquesta, “La Verdad”, desde 1981, con un éxito de
proporciones estentóreas.
No obstante, comenzó su camino por la
senda del triunfo con la ya referida, “Fruko”, avalada por la vigente
discográfica, Discos Fuentes, al interpretar el tema de su autoría, la clásica,
“Tania” (1974), más las composiciones de Isaac Villanueva “El ausente”
(“Ayunando”, 1973), “El árbol” (“El caminante”, 1974), “Los patulekos” (“El
patillero”, 1977) y “El cocinero mayor” (1978); “Manyoma” (“El grande”, 1975) y
“El negro chombo” (“El bárbaro”, 1976) escritas por Julio Estrada; “El
caminante” (1974) de Gilberto Mejía y “Yo soy el punto cubano” (1973) de Celina
y Reutilio. Desde luego, también fueron los tiempos de las memorables, “El
preso” y “Los charcos”, aparecidas en el trabajo musical “El grande” (1975)
interpretadas por Wilson Saoco.
Con su otra escuela “The Latin
Brothers” (de igual manera auspiciada por Discos Fuentes) se destacan sus
cantares “Dos caminos” (Flor Morales Vargas), “Mis zapatos blancos” (Adolfo
Echeverría) y “Hace falta una negra” (R. Hierrezuelo); las de propiedad de
Enrique Bonfante “Patrona de los reclusos” (“Te encontré”, 1976), “Cuando
volverá” (“Báilame como quieras”, 1977) y “Deja ese orgullo” (“Suavecito…
Apretaito”, 1978); las de Mike Char “El son del caballo” (1978) y “Sin tu amor”
(“The Latin Brothers 81”, 1981); “Las cabañuelas” (Senén Palacios) y “Buenos
días, tristeza” (Ketty Parodi) aparecidas en el proyecto “En su salsa” (1979) y
las de su autoría “A sol caliente”
(1978) y “Quien me va a llorar” (1981) a manera de ingrediente especial para
cerrar este acápite.
En modo solitario, “El Joe” y “La
Verdad” destacaron por el LP “Musa original” (Discos Fuentes, 1986) que aparte
de la canción homónima del título de aquella producción presentó sus excelsas
composiciones “Rebelión” cuyo icónico inicio: “quiero contarle,
mi hermano, un pedacito de la historia negra, de la historia nuestra,
caballero, y dice así: ¡uh!” la define por excelencia y la oda,
“Mary”, más otras interpretaciones de grandiosos prospectos musicales de su
autoría como “Echa’o pa’ lante” (1987); “La noche”, “En Barranquilla me quedo”
y “A mi dios todo le debo” pertenecientes al álbum “Fuego en mi mente” (Discos
Fuentes, 1988); “La guerra de los callados” y “Te quiero más” presentadas al
público en 1990; “Son sin papelón” aparecida en “Toque de clase” (Discos
Fuentes, 1991); la otra icónica en coautoría con Conrado Marrugo, “Tania II”, del
álbum “Fuego” (Sony, 1993); el poema del alma, “Tal para cual”, aparecido en la
producción “Mi libertad” (Sony, 1995); “Noches de ilusión” expuesto en el álbum
“Reinando en vida” (Sony, 1996); “Deja que te cante” (1997) más la bailable,
“Noche de arreboles”, publicada en “Cruzando el milenio” (Sony, 1998).
Y si se trata de seguir ampliando la
rumba, imposible de soslayar “Yamulemau” (1987), las composiciones de Ángela
González “Suave bruta”, el himno, “El centurión de la noche”, y, “Pa’l
bailador”, que, en gran resumen, son la esencia del proyecto “En acción”
(Discos Fuentes, 1989); las del año 97 “Mosaico lo de la chula” y la canción
propiedad de “Pipe” Peláez, la romántica, “Ella y tú”; “Sabre olvidar” (Tito
Ramos / Tonny Rojas) y la carnavalera, “La tortuga”, con aparición en el álbum
con el que cerró con broche de oro el siglo XX “En sol mayor” (Sony, 1999).
La apertura del siglo
XXI musical de “El Joe” para el mundo fue por lo grande al presentar una
acertada propuesta musical en conjunto con el afamado salsero, Víctor Manuelle,
incorporando en el trabajo de 2001 “Marcando terreno” (Sony) el sabroso “Mosaico
folclórico” compuesto por los temas “Amaneciendo”, “Las tapas” y “El guayabo de
la ye”.
Entre Grammy a la
excelencia musical, congos de oro y super congos de oro a modo de merecidas
premiaciones a su persona y bella música versátil que, en resumen, conforman un
gran capítulo dedicado a los diversos ritmos nacionales, se vislumbra porqué la
identidad cultural colombiana se apega a la figura de Joe Arroyo quien,
asestándole un revulsivo a los estándares de la música tropical, sin querer
queriendo terminó convirtiéndose en el padre de la salsa patria con el icónico
inicio de “Rebelión” que, sin lugar a dudas, ameniza bienvenidos jolgorios: “quiero contarle,
mi hermano, un pedacito de la historia negra, de la historia nuestra,
caballero, y dice así: ¡uh!”.
¡VIVA “EL JOE”! ¡LA
LEYENDA!
_____________________________________________
NICOLÁS FERNANDO CEBALLOS
GALVIS
14 AGOSTO 2023
Comentarios
Publicar un comentario