COVID-19: UNA CUESTIÓN DE CONCIENCIA SOCIAL
Mucho
se especula por medio de las redes sociales en uso de la mal información y la
desinformación sobre el COVID-19; si, un virus que, al momento del contagio,
medicamente mal tratado puede llevar a la muerte a quien desafortunadamente lo
adquiera. Pero, esa mal información y desinformación que tanto recalco en mis
artículos (más que todo de orden político), está llevando a la sociedad a un
estado de histeria colectiva que, en suma, viene generando un pánico
generalizado por aquello de las absurdeces o los mitos que vienen aunándose con
fuerza sobre el “Coronavirus”.
Ejemplo
claro el colombiano que, culpa de las cadenas mal informativas y
malintencionadas desde el aplicativo WhatsApp, la mayoría de la ciudadanía
creyó en la fábula de la “escasez alimentaria” y, acto seguido, se vino, pues,
un desabastecimiento feroz -en trance egoísta, valga subrayarlo-, en varios de
los supermercados del país en la consecución de alimentos y productos básicos
de primera necesidad por esto del simulacro local como el implementado en la
Capital de la República, el Departamento de Cundinamarca y extensivo en otras
regiones del país hasta la media noche del miércoles 25 de marzo próximo acotando
la amplificación de dicha medida con el inicio de la cuarentena o aislamiento
preventivo obligatorio decretado por el Gobierno en todo el Territorio Nacional
hasta las 00:00 horas del próximo 13 de abril.
Por
ahora, viene connotándose el desarrollo de una vacuna lógicamente a largo plazo
que pueda combatir este virus. Pero, la única forma de evitar el contagio -según
las apreciaciones de varios expertos inmiscuidos en el campo de la medicina inmunológica-,
está en el constante lavado de manos antes y después de realizar cualquier
actividad en el diario vivir. Y, añadiendo un ítem con relación a dicho
concepto, un aplique de alcohol antiséptico -también escaso, valga anotarlo- es
más que suficiente por aquello de los gérmenes contraídos al tocar un objeto -ejemplo,
una barra de autobús-, o por el sudor que expulsan nuestras manos en cualquier
presteza social, laboral o personal al momento de un saludo. Tipo de saludo por
ahora evitado por muchos -me incluyo-, por la alerta de la inoculación con
niveles altísimos a escala nacional e internacional.
Ahora,
socialmente: ¿Qué ocurre?
Ocurre
que, primeramente, ese habitual saludo de manos cambió por completo reemplazándose
por otro estilo como un “estrechón de codo”; o el desplazamiento de los empleados
y estudiantes a sus casas para que, desde allí, realicen sus actividades
diarias y eviten el contagio en sus sitios de labores y academia.
Pero
esta epidemia viene siendo una vocera del planeta porque le está diciendo a la
población mundial que se aísle del espacio exterior; en resumen, el mundo
necesita un respiro y de allí, obviamente, la adopción de la llamada cuarentena
por parte de varias naciones mundiales, -entre ellas Colombia-, en
confinamiento obligatorio de la ciudadanía en sus hogares por un tiempo
determinado (como el caso nuestro por un total de 19 días). Claro, válida
entonces la campaña #QuédateEnCasa pero, concuerdo en que, es la mejor forma,
por ahora, de mitigar el contagio.
No
saliendo a las calles, por tiempo límite, se evitará el contagio colectivo y
los espacios exteriores que permanentemente son frecuentados tal vez se desintoxiquen
de la basura que mal se arroja en los andenes; del humo del cigarrillo; del esmog
industrial y hasta de los gases expulsados por los distintos medios de transporte
terrestre que suplen la demanda en materia de movilidad social.
Y,
¿qué decir de la evidente recesión económica?
Hay,
sin duda alguna, un colapso mundial desde todos sus ámbitos de funcionamiento incluido,
claro está, el social. Las empresas están en “estado inactivo” mientras el ámbito
deportivo como principal distracción o forma de entretenimiento mundial, comenzando
por el fútbol, no es la excepción pues, éste 2020 está programado para una
serie de competiciones en su mayoría pospuestas y sin el beneplácito de ser
reanudadas por aquello de la expansión masiva del “Coronavirus”.
No
obstante, y bajo esta crítica situación de salubridad pública, se pretende dar
inicio a los Juegos Olímpicos de Tokio a partir del 24 de julio; muchos esperan,
se puedan aplazar. El sector turismo, comercialmente hablando, es el más
afectado supeditado a los vuelos nacionales e internacionales suspendidos, precisamente,
por cuestiones de migración y para impedir que los índices de contagio se acrecienten.
Pero, en sí, todas las actividades previstas para este año, empezando por las deportivas,
están paralizadas y en caso de ser reactivadas se tendrá que ajustar los cronogramas,
previamente establecidos.
Así
las cosas y, siendo testigos presenciales de esta nueva era endémica que tiene
al mundo en jaque, será, pues, que ¿es un llamado a que el mundo entero deje
por un momento el ocio y la diversión para dedicarse, de lleno, al cuidado del
planeta? Se preguntan, algunos, ¿se tratará de un mal agüero por tratarse de un
año bisiesto? ¿Qué sucederá? En un sentido filosófico, puede ser una convocatoria
para implementar una “Filosofía Social” cuya definición, ilustrada en un
diccionario dedicado al estudio y definición de los términos concernientes a
esa rama, expresa en uno de sus apartes: “…Filosofía dedicada a la reflexión
sobre el sentido y la naturaleza de la sociedad y sobre los principios de un
posible orden social como también sobre la cuestión de la realidad entre individuo
y comunidad y sobre el problema de lo social como fin en sí o como medio…” (Diccionario
Filosófico, 2007, p. 170, ).
Es
una cuestión de “Filosofía Social”; es una cuestión de “Conciencia Social”.
Coletilla
1: Valga acotar que, puede descifrarse y hasta compararse los desabastecimientos
presenciados en días anteriores con los de Venezuela. Más aún y, en forma de
ironía, mientras en el país vecino sufren por un rollo de papel higiénico, familias
colombianas, entonces, llevaron hasta 5 paquetes de éstos (posiblemente de a 6
o 12 rollos), como si se tratara de una pandemia diarreica. ¡Un aspecto
inconcebible!
Coletilla
2: Vaya tarea la de los gobiernos mundiales y Nacional para componerse del
coletazo de la recesión económica. Habrá que pedirle al subpresidente Duque
que, ¡ni por el chiras! se le ocurra otra “Tributaria”, a lo Carrasquilla.
Coletilla
3: A tres llega el número de fallecidos por COVID-19 en Colombia; ascienden a 277 los casos confirmados.
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